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La mujer hallada muerta en Azpeitia recibió fuertes golpes en la cabeza

La Ertzaintza, que investiga los hechos, descarta la violencia machista

Amaia Azkue Aldabadetreku dejó el martes a las 08.45 a sus hijas, de 7 y 9 años, en la parada del autobús frente al caserío Añadi donde vivía en el alto de Meagas (Getaria), como hacía todos los días para que fueran al colegio. Tenía costumbre de coger su todoterreno verde oscuro e ir a Zarautz donde estudian sus dos niñas adoptadas en China y donde le gustaba hacer su vida social como tomar café con las amigas después de nadar en la piscina municipal.

Pero el martes no volvió a casa al mediodía, a comer. A las 17.15 fue hallada muerta flotando en el embalse Ibai-eder de Azpeitia con fuertes golpes en la cabeza y la cara, atada de pies y manos, según fuentes de la Ertzaintza. Su suegra, con la que vivía junto a sus primos y tíos en una vivienda compartida, hizo saltar la alarma cuando la víctima no llegó a recoger a sus hijas del colegio a las 16.30. Su marido, transportista de la empresa Andika, fue quien llamó a la Ertzaintza para notificar su desaparición.

Se despidió de una amiga a las 12.30 y apareció muerta cuatro horas después

El estudio del cadáver ha llevado a la policía a considerar que los traumatismos recibidos por la víctima causaron su fallecimiento, mientras que el cuerpo no presentaba heridas de bala ni por arma blanca. En las proximidades del lugar donde fue encontrada la víctima se halló una pistola de balines. La Ertzaintza descarta que se trate de una víctima de la violencia de género. El cadáver recuperado por los bomberos se encontraba ayer en el Instituto de Medicina Legal de San Sebastián donde se efectúa la autopsia.

La muerte de la joven vecina de Meagas, natural de Orio, está rodeada de circunstancias extrañas que la Ertzaintza trata de investigar. El coche, que aún no ha sido localizado, podría ser clave para determinar lo que sucedió durante las cuatro horas que estuvo la mujer desaparecida.

Agentes de la Ertzaintza tomaron ayer declaración a la última persona con la que estuvo Amaia el día de su muerte. Se trata de una íntima amiga suya que también tiene hijas adoptadas de China y junto con quien la fallecida colaboraba en una asociación de Zarautz. Tal y como hacían habitualmente, las dos amigas tomaron un café en la cafetería del supermercado Eroski y a las 12.30 la víctima se separó para dirigirse a su casa a comer.

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Entre las 12.30 y las 17.15 horas ocurrió la muerte de Amaia. Un espacio corto de tiempo que hace saltar las especulaciones. "Quizá el autor, o autores, de su muerte sean próximos a ella o bien el robo al azar fuera uno de los móviles", barajaban vecinas de Meagas.

Dos mujeres que paseaban por el entorno del pantano encontraron restos de sangre y "algunos trapos", tras lo que una de ellas alertó a su marido, quien, acompañado de su hijo acudió al lugar y con la ayuda de un bombero que pasaba por allí haciendo footing, descubrieron el cuerpo de la mujer.

Los buceos de la Ertzaintza rastrearon durante el día de ayer el embalse en busca de nuevas evidencias, mientras que agentes de la policía Científica y de la Unidad de Investigación Criminal trabajaron sobre el terreno para intentar hallar pistas que ayuden a esclarecer los hechos.

En el barrio de Meagas, no se hablaba de otra cosa. Sus habitantes estaban impactados con la noticia. Nadie se explica lo que ha podido ocurrir. "Son una familia muy conocida en Meagas que hacen una vida muy normal", señalaba un vecino. El Ayuntamiento de Zarautz denunció su "violenta muerta" y expresó su "solidaridad y cariño" a la familia a la que ha ofrecido cuantos recursos sean necesarios. La Junta de Portavoces del consistorio zarauztarra ha pedido "el pronto esclarecimiento de este terrible y lamentable hecho por parte de las autoridades competentes.

Las dos hijas de Amaia fueron ayer al colegio durante la mañana con total normalidad, pero al mediodía las recogieron para llevarlas a casa. Según vecinos de la víctima están destrozadas, sobre todo, la mayor de nueve años que este año hace la comunión. "Lloraba desconsolada en la ikastola porque decía que había perdido a su segunda madre", comentó una trabajadora de Orokieta Herrieskola.

"Era una mujer hecha y derecha, muy sociable"

Todo el mundo conocía a Amaia Azkue en Meagas porque no pasaba desapercibida. "Era una mujer muy llamativa. Siempre iba a la última en moda, maquillada. Tenía buen tipo", explicaba ayer una madre que conocía a la víctima porque también lleva a sus hijas al mismo colegio de Zarautz.

La joven fallecida no trabajaba y vivía volcada en el cuidado de sus dos hijas. La mayor la trajo de China cuando tenía un año y medio. "Era una mujer hecha y derecha, muy sociable y extrovertida", señalaba una mujer mientras comentaba con otra la trágica noticia. "No parecía tener problemas, era locuaz y atenta, se le veía que vivía feliz", explica una persona próxima a la víctima.

Era una mujer de rutinas. Su vida social se centraba básicamente en Zarautz y siempre tomaba café los mismos establecimientos; el Lambroa y la cafetería de Eroski.

El comentario ayer en el Hotel Azkue, ubicado en el Alto de Meagas, a dos kilómetros del caserío donde vivía la fallecida era el mismo: "Extraño. Todo es raro". Las propietarias del establecimiento especulaban con lo ocurrido sin dar crédito a que algo tan "grave y violento" pueda ocurrirle a una vecina de un pueblo pequeño donde aparentemente todo es más tranquilo. "La sensación es como si pasara en nuestra propia casa", decía Jone, una de las propietarias del hotel.

Según los vecinos, el matrimonio llevaba una convivencia normal y frecuentaban el hotel a donde les solía gustar ir los domingos a tomar el aperitivo después de jugar a pelota en el frontón junto a la iglesia. Había mucha afición a la pelota porque el marido de Amaia es primo del pelotari Jokin Argote.

Una conocida de la familia relataba ayer cómo la víctima le había transmitido en su día la ilusión con la que estaba preparando una sorpresa a su marido. "Me contó que quería llevarle a un hotel de La Rioja para celebrar el Día de los Enamorados".

Ayer el camión del marido de la fallecida se encontraba aparcado a unos metros de la vivienda familiar. Transportista, solía cubrir las localidades entre Azpeitia, Azkoitia y Zarauz y pasaba todos los días hasta tres veces por Meagas.

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