'Galicia', la histórica película de Carlos Velo, hallada en Moscú tras 70 años perdida
La película fue rescatada por un profesor ruso junto a otro material de la época- Un profesor ruso descubre la copia completa del histórico filme de Carlos Velo
Entre las ruinas del castillo de Figueres, escenario de los últimos bombardeos franquistas sobre las columnas republicanas y donde los aviadores italianos intentaron eliminar al Gobierno de Negrín allí reunidos, el productor cinematográfico Fernando Gamboa encontró unos rollos de celuloide. En ellos había impresionado Carlos Velo, el cineasta de Cartelle exiliado en México, su ahora legendario documental Galicia. Según relató el propio director en 1985, esa fue la última pista de la obra completa. Rematado justo en el año en que se alzaron los nacionales contra la democracia, primer premio en la misma Exposición Internacional de París en la que Picasso enseñó al mundo su Guernica, de Galicia apenas se conservaban ocho minutos de metraje.
Seoane sembró una pista falsa: dijo que solo se conservaba en Estados Unidos
Margarita Ledo atribuye a Velo imágenes de un filme de Esfir Shub
La cinta pudo llegar a Moscú a través del productor Fernando Gamboa
A falta de encontrar 'Mariñeiros', el cine gallego repara una de sus grietas
Hasta este mes. El profesor ruso Vladimir Magidov, decano de Humanidades en la Universidad del Estado ruso, ha descubierto cuatro o cinco horas de cine rodado en la Galicia de la II República y la Guerra Civil depositado en un archivo de Moscú. En medio de ese material, cosechado por los prestigiosos operadores de cámara de la Unión Soviética, se encuentran más de 20 minutos de la cinta de Velo, presumiblemente el montaje final de Galicia ideado por el cineasta y considerado perdido por los historiadores.No existen nada más que hipótesis, de momento, para explicar cómo la película de Carlos Velo (Cartelle, 1909-México D.F., 1988) acabó en un archivo de la URSS. El pintor Luís Seoane, también huido del fascismo pero a Argentina, sembró una de las más recurridas, aunque falsa, pista. "Galicia [...] película dedicada a exaltar su país y de la que actualmente solo se conserva una copia en una filmoteca particular de los Estados Unidos", locutó Seoane en la emisión radiofónica de Galicia emigrante en 1962.
Únicamente 23 años más tarde, en las Xornadas de Cine e Vídeo do Carballiño (Xociviga) y ante la presencia de Carlos Velo que viajó desde México con la copia en cinta de vídeo, el público gallego consiguió visionar el fragmento de ocho minutos del documental. Ese fue el Galicia accesible durante años y ampliamente difundido. Inspirado por los maestros de la época dorada del cine soviético, con Hombres de Arán de Robert Flaherty en un altar y La Tierra de Aleksander Dovjenko en el otro, Carlos Velo filmaba una sinfonía del trabajo campesino en su país natal. Pero faltaba una mitad del díptico, la que el de Cartelle dedicó a los marineros, en la versión del galleguismo histórico, la segunda alma nacional.
Del espectro de lo que pudo convertirse en la piedra fundacional de otro cine gallego, emancipado de la producción en serie y del opio de la dramaturgia, truncado por la guerra de los tres años, volvió a hablar la catedrática Margarita Ledo Andión en 2006. Preparaba su largometraje Liste pronunciado Líster y se topó con Ispanija. En este filme de montaje, rodado durante la contienda civil por la directora soviética Esfir Shub y uno de los títulos clave dentro del abundante cine de apoyo a la República española, aparecen imágenes inequívocamente recogidas en Galicia (entre ellas, la que ilustra este texto y la de la página 1).
"Porque más allá de Ispanija comenzar con gaitero que entra y sale de campo en una paseata por tierras campesinas", escribió Ledo Andión en un artículo -Na descoberta da Terra do Chicle- publicado hace cuatro años en la revista A Trabe de Ouro, "vemos por primera vez escenas marineras que por su hechura llevan el sello de Velo y que ampliarán en varios los ocho minutos hasta ahora localizados de Galicia". La profesora identifica en Ispanija los modismos cinematográficos del de Cartelle, educados en lo más granado del cine de lo real: grandes planos generales y de los personajes corales, la incorporación de lo femenino o la espera de la cosecha, en este caso materializada en la descarga del pescado desde una gamela. Liste Pronunciado Líster, el impactante repaso a un siglo violento a través de la vida del general de tres ejércitos y recio militante del comunismo nacido en Calo (Teo), incluye varios de los pasajes usados por Shub.
La embajada soviética en el París de 1939 tal vez recibió de manos de Fernando Gamboa, compañero de viaje de los comunistas mexicanos y cargo diplomático a las órdenes del Ejecutivo progresista de Lázaro Cárdenas, la copia de las bobinas. O quizás estas llegaron a territorio de la URSS una vez finalizada la Exposición Universal de la capital francesa de 1937, donde el Gobierno legítimo de la II República convirtió su pabellón en un grito contra la barbarie franquista. Todavía es pronto para seguir el rastro exacto de Galicia, cuyo negativo quedará previsiblemente custodiada en el Centro Galego das Artes da Imaxe (CGAI), por la convulsa Europa de la época.
"La belleza incomparable de Galicia fue captada por la cámara cinematográfica pocos días antes del movimiento fascista", decía la voz en off finalmente superpuesta al filme de Velo, "que redujo a la esclavitud a este pueblo laborioso y sencillo". En aquel documental, los rótulos de crédito los diseñó Castelao y para los insertos musicales Velo empleó al etnógrafo Xoaquín Lorenzo, Xocas. Las investigaciones folclóricas de Bal y Gay y la supervisión de guión de Rafael Dieste completaban la rutilante nómina de intelectuales galleguistas al servicio del cinematógrafo.
"De no haber acontecido el drama histórico que llevó a Carlos Velo al exilio", retrató su biógrafo Miguel Anxo Fernández, "el cortometraje Galicia se afirmaría como el punto de partida de una cinematografía nacional gallega de rasgos propios y diferenciados, al margen de la producción cinematográfica convencional".
Con el hallazgo del profesor Magidov, la historia de la imagen de Galicia repara una de sus más profundas grietas. Solo el extravío de Mariñeiros, otra obra con aura mítica, facturada por el fotógrafo alaricano José Suárez y también desaparecida en 1936, impide restituir una peripecia construida a partir de las ausencias.
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