Recordando a Pablo Iglesias
Ferrol reivindica la figura del político, fundador del PSOE y la UGT, en el centenario de su entrada en el Parlamento
Nació ferrolano, casi por accidente, y vivió toda una vida de emigración. Hijo del clarín municipal, Pablo Iglesias Pose (Ferrol, 1850) no es un vecino cualquiera. En la ciudad naval pasó los 10 primeros años de una infancia demasiado corta y rodeada de penurias. La miseria lo empujó a la emigración. De la mano de su madre viuda, caminó hasta Madrid. Allí pasó de niño a tipógrafo, alimentó a su familia y lideró el movimiento obrero. En una tasca de la calle Lepanto, fundó el PSOE en 1879, y nueve años después, la UGT.
En 1910, tres décadas después de forjar el partido que presidía, Pablo Iglesias fue el primer diputado socialista en el Congreso. Conservó su acta parlamentaria hasta dos años antes de su muerte, en 1925.
Con 26 paneles, la muestra explica el pensamiento y la vida del líder político
Este año se cumple un siglo de socialismo parlamentario, y la ciudad ha querido reivindicar a uno de sus vecinos más ilustres con la exposición Pablo Iglesias no seu tempo, que ayer abrió sus puertas en la sede del Colegio de Arquitectos de Ferrol.
26 paneles en blanco y negro, amarillentos y un tanto ajados de la Fundación Luis Tilve, vinculada a la UGT en Galicia, son el hilo conductor de una pequeña muestra, organizada por el Club de Prensa de Ferrol, que repasa, por capítulos, la vida del hombre y la huella del político.
La exposición es el aperitivo de un congreso monográfico que arranca mañana en el campus universitario. Durante tres días (del 24 al 26), historiadores, políticos y profesores analizarán la memoria y el legado de Pablo Iglesias desde todas las perspectivas, con el respaldo del Ayuntamiento, la Diputación y la Universidad de A Coruña.
Con toda probabilidad, cuenta la investigadora Esperanza Piñeiro, Pablo Iglesias nació en el número 65 de la calle San Fernando, junto a los astilleros en el barrio obrero de Esteiro, un 18 de octubre de 1850.
Pablo, bautizado como Paulino, fue el mediano de tres hermanos de una familia humilde, que aterrizó en la ciudad por casualidad, y que cambió de casa a menudo. Su padre, Pedro, era ourensano y se ocupaba de leer los bandos municipales. Juana, su madre, era una lavandera compostelana. Hasta los dos años, no lo inscribieron en el padrón y tenía seis cuando lo enviaron a la escuela pública, en el Hospital de Caridad.
En los diez años que pasó en Ferrol, la fatalidad golpeó a su familia más de una vez. Su hermana Elisa, falleció de escarlatina siendo una niña y al pequeño, Manuel, lo consumió la tuberculosis años después. Piñeiro, que buceó en los archivos del ayuntamiento, cuenta que a su padre, lo encerraron por demente en la cárcel y murió enloquecido.
Viuda y pobre, su madre empaquetó sus escasas pertenencias y se fue caminando a Madrid con Pablo de la mano. Con diez años, recorrió a pie más de 600 kilómetros. Buscaban la caridad de un familiar, pero ignoraban que ya había fallecido. Pablo y su hermano pequeño acabaron en el hospicio de San Fernando, donde aprendió el oficio de cajista de imprenta. Tenía 13 años cuando lo enviaron a su primer trabajo. "Yo he sido muy explotado", escribió Iglesias tiempo después, "fui un chico por la edad, pero un hombre por mi trabajo". Apenas se conservan fotos de su juventud, pero cuentan que era un joven espigado, rubio y de ojos claros, que se imponía "por su carácter austero, riguroso y reflexivo".
Lector voraz, amante de la zarzuela y autodidacta esforzado, estudió francés por las noches para leer El Manifiesto comunista, y pronto se enroló en la Asociación General el Arte de Imprimir, que sería el núcleo fundacional del partido socialista (PSOE), al que se empeñó en apellidar "obrero".
A través de los paneles, la muestra avanza de forma cronológica destapando los "perfiles de la vida y el pensamiento" de Pablo Iglesias, al que rebautizaron con los motes del El Rubio, El Gallego, El Apóstol y El Abuelo.
Con 19 años, estampó su firma en el carné de la I Internacional, pasó por la cárcel una decena de veces y para desprestigiarlo, sus adversarios lo acusaron falsamente, "de tener un abrigo de pieles y un chalet en El Escorial". Enemigo del capitalismo, se proclamó "racionalista" frente a la Iglesia. En la exposición se repasa su talante pragmático en tiempos convulsos, su doble militancia en el PSOE y la UGT, su firme oposición a las guerras coloniales de Cuba y de Marruecos, y su afán por "purificar el sufragio". "Hay que hacerles ver que votar al patrón, es votar al verdugo", escribió en 1914.
Como líder del PSOE, Pablo Iglesias recorrió España y regresó a Ferrol en cuatro ocasiones. Vivió en la calle Ferraz y desde su escaño socialista se enfrentó a otro ferrolano, José Canalejas, ministro y portavoz del gobierno monárquico. Las guerras dialécticas de estos dos compatriotas se reproducirán en un cuaderno que el Club de Prensa editará el mes próximo.
Luis Mera, secretario de entidad, explica que la exposición de Pablo Iglesias forma parte de un programa mucho más ambicioso que aspira a rescatar la memoria "de todos los ferrolanos olvidados". Enumera a Ramón Franco, aviador y hermano del dictador, el filólogo Ernesto Guerra da Cal, el músico Pepito Arriola o el profesor Ricardo Carvalho Calero. "Todos son personajes importantísimos", explica Mera.
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