Descafeinada novillada
Aquel animoso grupo de niños que siguió la novillada desde el tendido cinco no tendrá muchas ganas de volver. Siendo eso malo, lo peor es que posiblemente su padre tampoco las tenga.
La novillada que cerró la temporada en Bilbao no dejó ninguna nota positiva para los aficionados y menos para que se pueda hacer cantera entre el público. Los novillos propiedad de Ortega Cano, anunciados con el hierro de Yerbabuena, se cargaron cualquier esperanza. Faltos de casta y bravura convirtieron las faenas en tediosos pasajes.
Si los novillos fracasaron, los espadas tampoco demostraron su calidad de promesas. Triste, acartonado y con poca frescura se mostró el francés Dufau. El salmantino Juan del Álamo cortó una benévola oreja por una intranscendente labor rematada con una buena estocada en el segundo de la tarde.
YERBABUENA / DUFAU, ÁLAMO Y RÍOS
Seis novillos de Yerbabuena, bien presentados, sin casta ni bravura.
Thomas Dufau: Tres pinchazos y dos descabellos (silencio tras aviso). Pinchazo y estocada trasera (saludos por su cuenta).
Juan del Álamo: Estocada (oreja). Marronazo, dos pinchazos y cinco descabellos (silencio).
Conchi Ríos: Dos pinchazos (saludos). Casi media y descabello (vuelta).
Plaza de Vista Alegre. 16 de octubre de 2010. Novillada. Un cuarto de entrada.
El espectáculo fue decayendo con la ayuda de la lluvia, y la novillera Conchi Ríos entró en acción. Coreada en sus primeros capotazos, pasó un susto al ser volteada por su primero. En el sexto, bajo un intenso aguacero, la murciana, que evidenció su falta de oficio, puso muchas ganas, derrochó valor y dibujó algún muletazo destacado. Tal y como estaba la tarde, tuvo mérito aguantar en la inundada arena.
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