La posmodernidad callejera

Asistir a un concierto de Los Punsetes se puede comparar con enchufar en el televisor Cementerio TV. Lo dijo un bloguero y es una comparación a tener en cuenta. Primero hay que contar qué es Cementerio TV: un programa de la cadena digital Calle 13 que se emite de madrugada y consiste en poner cámaras en cementerios (las de seguridad pueden valer) a ver qué pasa. Inquietantes sonidos del viento, algún ruido extraño, qué es eso, ha sido un gemido, escalofríos... La imaginación echa a volar. Asunto recurrente este del Cementerio TV en los blogs más friquis. Otro bloguero lo explicaba así: "Lo peculiar de este programa es que es aburridísimo..., pero como un gilipollas no cambias de canal".

Recogen preceptos de bandas como Kaka de Luxe o Derribos Arias

Los miembros del conjunto no viven de la música y dicen sentirse cómodos

Y ahí están Los Punsetes. Tocando en una sala de Madrid del circuito indie, con su cantante, Ariadna, en el centro, tiesa como un poste, sin dirigirse al público en ningún momento, con sus compañeros de grupo atacados por una expresión de funeral, como si aquello, en lugar de una fiesta, fuese la expresión de la pena más honda. Y el caso es que sus canciones son perfectas para bailar. "Jajajajaja. Me hizo mucha gracia cuando leí lo del Cementerio TV. Sí, quizá sea acertado. No sé...", comenta Anntona, el guitarrista y el más hablador de un grupo que no destaca por enhebrar grandes discursos y que no se siente a gusto desvelando sus apellidos.

Pero vayamos descubriendo las cartas. Los Punsetes son cinco tipos nacidos en 1978 (o sea, cuentan 32 años) que se conocieron estudiando Comunicación Audiovisual en la Universidad Complutense de Madrid y que en 2004 formaron una banda con la que han editado dos discos, el último de ellos de nombre LP2. Así, de forma general se puede añadir que son la máxima expresión del indie pop actual. Cuando se plantea la pregunta surge el debate, porque una de las peculiaridades de este grupo es que pocas veces se ponen de acuerdo entre ellos. Y, ojo, son cinco. "Pero qué es eso de ser indie", proclama Jorge, el otro guitarrista, poblada barba, seña de identidad de la banda (menos la chica, claro). Prosigue: "A mí no me gusta el término indie. No dice nada. Nos enzarzaríamos en una discusión sobre qué es la música independiente y nunca llegaríamos a una conclusión. Nosotros somos cinco amigos que hacemos pop con distorsión". Y tercia: "Nosotros hacemos la música que nos da la gana". Anntona, sin embargo, se siente a gusto con la etiqueta. Sigue los preceptos del indie: pasar las noches en el malasañero club Nasti, leer la revista Rock de Lux y ser amigo de Los Planetas.

He aquí un punto en común que no admite enfrentamientos: Los Planetas. "Claro, la explosión de Los Planetas nos pilló en COU. Aquello fue generacional. Su disco Super 8 lo escuchamos millones de veces. Íbamos a sus conciertos y nos volvíamos locos", afirma el grupo. Ahora Los Punsetes serán los teloneros de Los Planetas el 15 de octubre en La Riviera.

En realidad, y aunque no lo reconozcan abiertamente, Los Punsetes recogen muchos preceptos de la incipiente movida madrileña, de bandas como Kaka de Luxe o Derribos Arias: apuestan por la intuición y el amateurismo en contra del virtuosismo ("no tomamos muchas copas antes de tocar; sería catastrófico: sobrios ya no tocamos muy bien, imagínate borrachos..."), letras entre el absurdo y lo provocador en las que se sienten identificados los treintañeros urbanitas ("que le den por culo a tus amigos / pasa de ellos y ven conmigo / tu trabajo me toca las pelotas / conmigo ya tienes de sobra", cantan ese éxito underground que es Tus amigos) y un cuartel general donde la mayoría de las noches disfrutan de barra libre, con los efectos que eso conlleva: el Nasti. O sea: la posmodernidad y el absurdo

¿Cuántas veces habéis tocado en el Nasti? La pregunta es la mar de inocente y parece sencilla, pero la banda se enzarza en un intercambio de golpes dialécticos. "Nos insultamos desde el cariño", se justifican, y al final consensúan una cifra: "Sí, 13 veces hemos tocado en el Nasti. Creemos...". Los Punsetes no viven de la música y dicen sentirse cómodos. Los cuatro chicos han aprovechado sus carreras audiovisuales para trabajar en productoras televisivas o cinematográficas (uno de ellos, Anntona, para la que factura Muchachada Nui) y Ariadna diseña moda. "No nos interesa la erótica del rock, eso de la carretera y tal. Si nos profesionalizamos tendríamos obligaciones y no las queremos", dicen.

Sale en la conversación el estatismo y la parquedad de Ariadna en el escenario, actitud que ya se ha convertido en marca de la casa y que ofende a algún sector del público. "Muévete", le gritan. Ella se justifica: "Me gusta bailar. Cuando salgo de marcha lo hago porque no me mira la gente. Pero en el escenario prefiero estar quieta. No es una actitud provocadora. Es que estoy así más cómoda y entono mejor. Y no hablo porque no tengo nada que decir que aporte algo". Dos cosas más de los reyes del indie madrileño: que sí, su nombre surge de la adoración que sienten hacia el divulgador científico Eduardo Punset ("es un gurú, si tuviéramos que seguir a alguien a la guerra sería a él", dicen) y es uno de los grupos favoritos del lehendakari Patxi López. Un respeto, pues.