"Que se diviertan... y si les emocionamos, mucho mejor"

Francisco Sánchez Gomes, conocido universalmente como Paco de Lucía, tocará este miércoles (21 de julio) en los jardines de Viveros dentro de la programación de la Fira de Juliol. Y como no tiene disco nuevo, para disfrute de sus fans y suerte de los no iniciados, piensa ofrecer un recopilatorio de sus mejores temas. Lo que no es poco. De Lucía (Algeciras, 1947) revolucionó en los sesenta el mundo del flamenco con otra leyenda, ya desaparecida pero no olvidada, Camarón de la Isla. Con él grabó diez discos, que forman parte ya de la mitología del género más racial. Y a raíz de ahí, comenzó a explorar otros géneros, a investigar las posibilidades del mestizaje, pero siempre con un exigente marchamo de calidad.

Medita grabar con la Filarmónica de Berlín su 'Concierto de Aranjuez'

Sus pretensiones para el concierto parecen modestas, pero remiten a la excelencia. "Que la gente se lo pase bien... que se diviertan, y si les emocionamos, mucho mejor", explica por teléfono desde su casa en Mallorca, donde se aísla entre viaje y viaje de una gira por toda Europa que no acabará hasta diciembre. "Antonia, cuelga corazón", le pide a su hija de 9 años cuando se cuela en la entrevista con un tímido "papi". Para después explicar que en el escenario se acompañará de la guitarra de Antonio Sánchez, el bajo de Alain Pérez, los teclados de Antonio Serrano, la percusión de El Piraña, los cantaores Duquenque y David de Jacoba y el baile de El Farru.

En cuanto a sus próximos objetivos, el hijo de Lucía Gomes La Portuguesa explica que tiene ofertas que aún tiene que meditar, como la de grabar con la Filarmónica de Berlín otra versión de su ya mítico Concierto de Aranjuez (1991), de Joaquín Rodrigo. Pero está cansado. "Ya no tengo 20 años, llevo todo este año tocando en mil sitios, mil viajes en avión...". Y lo que realmente le apetecía es "estar en un sofá, debajo de un ventilador y disfrutando de los mundiales". Cosa que no ha podido hacer, aunque sí disfrutó de la victoria de la selección española.

Lo que sí tiene en mente desde hace años es grabar un disco de canción española. "Pero si quieres hacer algo original tienes que darle muchas vueltas hasta que aparezca un esquema que funcione". Y es que, aunque parezca que alguien de su nivel puede hacer una genialidad improvisando, él defiende el trabajo y el esfuerzo: "Depende de la exigencia y del perfeccionismo que uno tenga".

En Valencia ofrecerá su mejor versión. "La estética de los conciertos suele ser la misma", explica con modestia, y se refiere a que arranca la velada con la sobria imagen de un guitarrista flamenco acompañado solo con el cajón de El Piraña. Pero después se va sumando el resto del elenco para concluir en ¿una fiesta flamenca? "Exactamente", asegura. Sobre la respuesta del público no tiene dudas: "El partido de España contra Portugal comenzó a la vez que el concierto de Madrid y allí había 3.000 personas". Y seguramente a muchas de ellas les gustaba el fútbol.