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Elecciones a la presidencia del Barcelona

Fracasó la última cumbre 'anti-Rosell'

"Me siento presidente", confiesa Jaume Ferrer a su llegada al Camp Nou. Es el candidato del continuismo, el que que representa al laportismo, y, a pesar de que la mayoría de los socios proclaman que quieren pocos cambios y más títulos, Ferrer no es el favorito. Las encuestas sitúan a Sandro Rosell en la presidencia por delante de Agustí Benedito, el candidato que simboliza la alternativa, la sorpresa. Benedito defiende sus opciones a la victoria y reitera que "Sandro Rosell no ganará las elecciones". Rosell, en cualquier caso, es jaleado al grito de "¡presidente, presidente!" cuando pisa el estadio: "Hay que aguardar a la noche", responde, con calma. A Rosell difícilmente se le podía escapar la victoria después de que en la noche del sábado fracasara el último intento de fusión de las candidaturas de Ferrer, Benedito y Marc Ingla. Los tres cenaron en casa de Ingla para articular un pacto anti-Rosell de última hora que no cuajó. No se pusieron de acuerdo porque todos querían ser cabeza de cartel por entender que tenían las mismas posibilidades de ser presidente y, por tanto, los socios pudieron elegir entre cuatro y no entre dos. A Rosell se lo pusieron fácil.

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