"La estabilidad es ganar"

Florentino Pérez argumentó su vuelta a la presidencia del Real Madrid para devolver al club al lugar que le correspondía. Cuando tomó posesión del cargo se refirió al mandato de Ramón Calderón como a "tres años de actuaciones impropias y convulsión institucional". Prometió "estilo", "prestigio", "excelencia" y, sobre todo, "estabilidad". Han pasado casi 12 meses desde su investidura. El Madrid no ha ganado ningún título, pese que el presidente hiciera "en un año lo que habría que hacer en tres", y se encuentra en el mismo sitio que el año pasado. Ante un nuevo proyecto y un nuevo entrenador. Uno más: el séptimo en tiempos de Florentino. Porque, como dice él, la estabilidad no pasa por dar continuidad al que se sienta en el banquillo.

"Doy las gracias a Pellegrini por su impecable conducta y profesionalidad"

"De Mourinho me gusta su competencia, motivación y profesionalidad"

El presidente anunció ayer el adiós de Manuel Pellegrini y el fichaje de José Mourinho "cuando resuelva su situación contractual". Lo anunció 10 días después de que Jorge Valdano dijera que se había abierto un debate sobre su continuidad. Lo anunció después de que Mourinho saliera de la sede del Inter diciendo que era un hombre libre y que se había desvinculado. Lo anunció después de que el representante del técnico portugués se reuniera primero con Jorge Valdano y José Ángel Sánchez (el lunes) en las oficinas del Bernabéu y luego con el responsable financiero del club italiano (el martes) en Milán. Lo anunció cuatro días después de que Mourinho ejerciera como técnico virtual del Real Madrid. El sábado, nada más ganar la Copa de Europa, proclamó que se marchaba de Italia y que el Madrid era el único equipo que le había buscado. Durmió en la capital, se reunió con Jorge Mendes -mientras su equipo celebraba el título en San Siro de madrugada con más de 40.000 hinchas- y declaró a la televisión portuguesa TVI que era un "gran desafío" poder disputarle la Liga a un equipo como el Barça.

"Los medios de comunicación tienen su ritmo y el Madrid sus formalidades", dijo Florentino Pérez ayer cuando se le preguntó si creía que el fichaje de Mou antes de la salida de Pellegrini era acorde con su idea del "estilo" y "prestigio" que reclama para el Madrid. "No habrán oído a nadie del Real Madrid, hablar ni de uno ni de otro entrenador", adujo. El caso es que el club tenía decidido desde Málaga, tras la última jornada, que no seguiría con Pellegrini. No se lo dijo. Calló ante las repetidas declaraciones de amor de Mourinho. Negoció con él a través de su representante. Y, cuando tuvo el visto bueno sobre su desvinculación con el Inter comunicó a Pellegrini que se buscara otro banquillo. Entonces convocó a los medios para anunciar lo que ya era evidente desde hace días.

"Durante las últimas semanas hemos tenido mucho tiempo para hacer balances y análisis y de esta reflexión hemos decidido dar por finalizada la etapa de Manuel Pellegrini", aclaró Pérez nada más sentarse en la sala de prensa del Bernabéu. Eso sí, dio las gracias al chileno por su "impecable conducta, entrega y profesionalidad".

Cuando, un año antes, el presidente y el director general anunciaron la contratación del chileno, Valdano advirtió que lo peor que le podía pasar al Real Madrid era tener a un entrenador débil. "En el club hay cosas debatibles, como la configuración de la plantilla, e irrebatibles, como la autoridad del entrenador. Manuel será el dueño del equipo y sus decisiones serán defendidas hasta las últimas consecuencias. Lo peor que le puede pasar a un club es tener un entrenador débil", fueron sus palabras.

Nadie lo hizo. Prueba de ello es la venta de Sneijder. En su primera comparecencia en Valdebebas, el pasado 11 de julio, Pellegrini dijo que contaba con él, que quería quedarse con él, que sería un jugador clave para su proyecto. Un mes después, el holandés fue vendido al Inter. Desde la eliminación de la Champions contra el Lyon, nadie ha defendido a Pellegrini. Nadie, y mucho menos el presidente, salió a darle una muestra de apoyo pública. "Pellegrini ha sido tratado con severidad y necesita el respaldo de la gente (...) Si ganamos todos los partidos que quedan sumaremos 98 puntos, y solo eso ya merece la pena ser considerado", declaró Valdano en una entrevista en El Larguero la noche después del clásico en Chamartín.

El Madrid de Pellegrini peleó la Liga contra el mejor Barça hasta la última jornada. No sumó 98 puntos, sino 96 y consiguió 102 goles. No ganó ningún título. Algo que, según comentó Pérez en diciembre, "no supondría ningún fracaso". ¿Entonces por qué le echa? le preguntaron. "Porque es el momento de dar un nuevo impulso a nuestro proyecto. El año pasado dijimos que queríamos volver a ser importantes, hemos avanzado mucho, pero queda camino. Buscamos la excelencia y ser líderes en Europa", explicó.

La estabilidad, claro está, no pasa según él por la estabilidad en el banquillo. "La estabilidad para los madridistas no es tener siempre el mismo entrenador, es ganar y ser líderes en Europa y en el mundo. Es lo que entendemos los madridistas. Estoy dispuesto a reconocer algunos errores pero estoy convencido de que la incorporación de Mourinho es una oportunidad que, en este Madrid que lucha permanentemente por la excelencia, no podíamos desaprovechar", analizó el presidente blanco. ¿Y qué le gusta de Mourinho? "De él me gusta lo que os gustará a todos: la ilusión, el esfuerzo, la competencia, la motivación y la profesionalidad", concluyó.

Florentino confirma el fichaje de Mourinho "cuando resuelva su situación"