La pobreza quintuplica el riesgo de sufrir un trastorno mental infantil
El número de niños con cuadros psíquicos atendidos por Salud crece el 49% en 5 años
Crecer en el seno de una familia acomodada tiene sus ventajas, no sólo para el progreso educativo, sino también para el desarrollo físico y emocional del niño. En cambio, los nacidos en familias más pobres, de rentas bajas, que viven en barrios humildes y degradados, presentan más complicaciones de su estado de salud que a la larga influyen en su desarrollo psíquico.
Los datos epidemiológicos sobre la salud mental de los niños y adolescentes catalanes cuadran con este patrón social. Los niños de unidades familiares desfavorecidas presentan cinco veces más probabilidades de sufrir trastornos psicológicos que los de padres acomodados. Así, mientras que el 11,1% de los primeros padece algún tipo de disfunción psíquica o adicción, entre los segundos este porcentaje desciende al 1,8%, según los datos recogidos por el Departamento de Salud de la Generalitat. En Cataluña, el 6,8% de los niños de entre 4 y 14 años sufre al cabo del año algún trastorno mental.
Entre 2007 y 2008, los servicios sanitarios detectaron 6.170 casos más de niños y adolescentes con trastornos mentales. No es que haya aumentado el número, es decir, la prevalencia de esta enfermedad respecto a la población en general, sino que ahora se diagnostican más casos que antes por el incremento de los recursos humanos y de instalaciones para tratar a los afectados.
En 2008, año al que corresponden los últimos datos recogidos, 47.656 personas de entre 1 y 18 años fueron atendidas en los centros de salud mental del departamento. De cada cinco atendidos, tres son chicos y dos chicas.Los trastornos mentales en la infancia y adolescencia afectan más al sexo masculino que al femenino. No es una conclusión teórica, la prevalencia estadística así lo evidencia. "Los trastornos de conducta se dan mucho más en los niños porque forma parte de su biología y tienden a ser mucho más agresivos", apunta Fina Castro, jefa de la unidad de psiquiatría infantil del hospital Clínico. Y Cristina Molina, que dirige los planes de salud de la Generalitat, añade las patologías de hiperactividad y los trastornos de falta de atención. En cambio, en las reacciones de adaptación, la prevalencia es similar en ambos sexos.
La pirámide de edad (véase el cuadro adjunto) muestra que los problemas mentales entre los niños de 5 a 14 años duplican en porcentaje su peso en la población, mientras que en las niñas no se da este fenómeno. En cambio, los trastornos psíquicos afectan más a las mujeres que a los hombres en la edad adulta.
Los servicios de psicólogos y psiquiatras han detectado, no obstante, un incremento sustancial de algunas patologías entre la población infantil en las que no sólo aumentan el número de diagnósticos, sino también su prevalencia en esta franja de edad. Por ejemplo, los trastornos de depresión y afectivos se incrementaron más del 42% en los niños entre los años 2007 y 2008, y los trastornos generalizados del desarrollo lo hicieron el 36,5%. En cambio, entre las niñas, las patologías que experimentaron un mayor crecimiento fueron la hiperactividad, depresión, trastornos afectivos y retrasos en el desarrollo.
Fina Castro confirma estos datos por su propia experiencia en la consulta del hospital Clínico ya que, efectivamente, cada vez diagnostica más casos de trastornos de hiperactividad y de conducta que sobre todo afectan al sexo masculino. En cambio, entre las niñas están creciendo los problemas de ansiedad y depresión, y sobre todo los denominados trastornos de la conducta alimentaria, como la anorexia nerviosa.
Según los estudios de la Generalitat, la probabilidad de sufrir algún trastorno mental en la etapa infantil es del 4,3% entre los 4 y 7 años, del 9,6% entre los 8 y 11 años y del 6,4% entre los 12 y 14 años. Estos datos equivalen a la media entre sexos, pero el riesgo es mucho más elevado entre la población masculina.
Aunque estas estadísticas puedan alarmar, lo cierto es que la mayoría de los trastornos -salvo algunos graves, como la esquizofrenia- se tratan en los centros de salud y pocos, muy pocos, requieren ingreso hospitalario. Y los que menos, acaban en suicidio. Sin embargo, el suicidio se ha convertido en la segunda causa de fallecimiento entre los jóvenes de entre 15 y 24 años en Cataluña. La primera son los accidentes de tráfico. En cambio, en la ciudad de Barcelona este dato se invierte.
Castro subraya que estos informes aportan dos conclusiones. La primera es que el sistema funciona gracias a la aportación de más recursos humanos y a la constante formación de los profesionales sanitarios. Y la segunda, que este incremento de las dotaciones humanas y materiales permite detectar los casos de forma más temprana y, por tanto, tratarlos anticipadamente. Por ejemplo, Cataluña dispone ya de 49 centros de salud mental infantil y juvenil, y de 449 plazas de hospitales de día, casi el doble que cinco años atrás.
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