Un empresario arrepentido implica al arquitecto del Xacobeo en la trama corrupta
Contó a la policía que el estudio de Pichel diseñaba proyectos pagados por Cultura
Restauró retablos y altares para la trama corrupta que gestionó entre 2003 y 2009 la rehabilitación del arte sacro en Pontevedra y Ourense hasta que acabó arruinado, aburrido de esperar los pagos (en efectivo o en obra pública) prometidos el presunto cabecilla de la red, Carlos Gómez-Gil, ex restaurador de la Consellería de Cultura, que le adjudicaba los contratos. El pasado 9 de diciembre, Manuel Montes Carballa, responsable de la la firma de rehabilitación Da Vinci, tiró de la manta. A pesar de que, según consta en el sumario y en las grabaciones de la policía, el propio Gómez-Gil, imputado por los delitos de cohecho y tráfico de influencias, habría intentado acallarlo con el argumento de que le concedería más obras.
"No, si lo decía por saber si cobrábamos algo por algún lado"
Cuando fue interrogado por la brigada de delitos económicos de la policía, Montes, uno de los doce imputados en este caso, explicó a los agentes el "chanchullo" que se traían entre manos Gómez-Gil, el técnico de la Xunta responsable de decidir qué proyectos de rehabilitación se subvencionaban, y José Manuel Pichel, arquitecto de la Sociedad de Xestión do Xacobeo. El pago de supuestas comisiones ilegales habría tenido como intermediario, según las investigaciones, al estudio de arquitectura que el propio José Manuel Pichel comparte con su esposa en Pontevedra.
En su relato ante la policía, el empresario arrepentido puso como ejemplo una obra encargada por el Obispado de Tui-Vigo y contó con pelos y señales el papel de cada actor en la trama. Detalló que "por mediación de Gómez-Gil", la diócesis "encargó el proyecto de obra al estudio de arquitectura de Pichel" y que éste, "como forma de agradecerle el favor a Carlos y al mismo tiempo al obispado", logró que el Xacobeo aportase partidas a la diócesis a fin de sufragar el proyecto para habilitar un albergue de peregrinos. "De esta forma todo el mundo sale beneficiado, el obispado hace su obrita subvencionada, Pichel se lleva su parte por los proyectos y Carlos [Gómez-Gil] hace de intermediario en todo".
El empresario aseguró que todo lo anterior se lo había explicado el propio Gómez-Gil en un encuentro que mantuvieron en el puerto deportivo de A Lagoa en Vigo. Montes Carballa se comprometió a entregar a los agentes "información documental" para probar sus acusaciones y meses después, el pasado 29 de diciembre, ratificó su testimonio ante la titular del Juzgado número 3 de Santiago, que instruye el caso.
Cuando se vio sentado ante la policía, el pasado 14 de enero, el propio Pichel admitió que él mismo había recomendado al Obispado de Tui a uno de los arquitectos que trabajaron en su despacho para que diseñase un albergue en el seminario de la localidad pontevedresa. Pichel reconoció que el proyecto -sufragado por el Xacobeo a la diócesis- tenía un precio de 11.000 euros. Pero aclaró que en ese momento ya se había desvinculado de su antiguo colaborador y aclaró que éste nunca llegó a cobrar ese importe.
Sin embargo, la policía tiene pruebas fehacientes del interés de Pichel por ese proyecto. En uno de los pinchazos teléfonicos, el pasado 29 de julio, el arquitecto del Xacobeo habla con el presunto cabecilla de la trama, Carlos Gómez- Gil, para interesarse por el albergue. Éste es el extracto que recoge la policía:
-Pichel: ¿Entonces nos queda colgado aquello del albergue del seminario?
-Carlos: [...] Lo del proyecto... conmigo se comprometió y lo sabe todo el mundo. De todas maneras en eso no va a haber problema, no. A ver, lo que se comprometió contigo no hay ningún problema. ¿Qué pasa?, que del resto ahora mismo no se puede hablar de nada.
-Pichel: No, si lo decía por saber si cobrábamos algo por algún lado, porque con los tiempos que corren.
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