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Crítica:DORMIR
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Palomar enológico

Novavila, en la pontevedresa Meis, un viaje a la buena arquitectura, la vinoterapia y el descanso total

Viñedos, bodegas, salas de cata y todo lo que se quiera..., pero la experiencia más sensorial y amigable del enoturismo en España es el palomar que los hermanos Vilanova tienen habilitado como hospedaje en su vieja casa familiar de las Rías Baixas gallegas. José Luis, el mayor, dice que es un nuevo concepto de negocio tres en uno, pues aúna en la misma finca un hotel con mucho encanto, un showroom de muebles diseñados por ellos mismos en el centro de Valencia y una bodega de autor adscrita a los albariños de O Salnés.

El gusto por la buena vida atrapa a quienes se aventuran por estos andurriales, ubérrimos de vegetación, humedad y vistas tranquilas. Sus muros centenarios invitan a apagar el motor del coche para que se escuche el gorgoteo del agua en una fuentecilla de acero cortén semiescondida entre musgos y enredaderas colgantes. Es cosa entonces de darse la vuelta y descubrir la calidad de la intervención arquitectónica practicada en la casa madre, jalonada por una galería porticada de ensueño que deja penetrar la luz geométricamente a través de unas persianas venecianas. Ángulos rectos, formas simples, espacios funcionales en todo el perímetro, hilvanado de carpintería blanca y revoques cárdenos.

Novavila

PUNTUACIÓN: 8,5

Categoría: wine hotel. Dirección: Santo Tomé de Nogueira. Meis, Pontevedra. Teléfono: 986 71 69 54. Fax: 986 71 24 99. Web: www.novavilariasbaixas.com. Instalaciones: jardín, piscina, sala de taichi, qui gong y chi-kun, masajes terapéuticos, salón, sala de lectura, bodega, cocina-palomar. Habitaciones: 1 individual, 4 dobles, 1 suite. Servicios: hotel no adaptado para discapacitados, no admite animales. Precios: desde 150 euros con desayuno, minibar e IVA incluidos; oferta fin de semana con cena, cata de vinos y desayuno brunch, 450 euros, dos personas.

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Seis habitaciones de buen porte, luminosas y decoradas con sutileza, sustancian lo esencial del alojamiento. Y a poco que el huésped tenga un capricho, puede llevarse puesto el mobiliario que se le antoje, de venta exclusiva por el hotel. Todas se reconocen por una cepa nativa de los viñedos gallegos: Albariño, Loureiro, Treixadura, Espadeiro, Caíño y Mencía, esta última con cama individual. Los cuartos de baño tientan los sentidos con su muestrario cosmético, original de la casa: loción hidratante enriquecida con aceite de semilla de uva y extractos de vitis vinífera, aceites de masaje con pepitas de uva, gel de baño con extracto de uva, sales de baño con aceite de semillas de uva... Un verdadero arsenal de vinoterapia a la venta también en el hotel.

Minimalista y sensual

Si hubiera que escoger un dormitorio, algo difícil para los amantes del vintage decorativo, saldríamos del edificio principal y nos instalaríamos en el palomar, que es lo más minimalista y sensual del conjunto. Porque aquí se guarda el hisopo de las esencias gastronómicas y enológicas que los hermanos Vilanova sintetizan para sus huéspedes. De noche trabaja la jamonera, el cuchillo afilado de los embutidos, la sartén micológica, los decantadores y las copas finas de albariño en una mesa redonda compartida. Por la mañana, unos desayunos caseros bien surtidos de frutas, mieles, mermeladas, filloas y pan rústico. Y siempre, siempre, amenas sobremesas sobre una Galicia enxebre con los felices dueños de la casa.

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Terraza del hotel Novavila, en Santo Tomé de Nogueira (Meis, Pontevedra)
Terraza del hotel Novavila, en Santo Tomé de Nogueira (Meis, Pontevedra)

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