Patrick Swayze, el galán de 'Dirty dancing' y 'Ghost'
Empezó como bailarín y optó a tres Globos de Oro
La muerte de Patrick Swayze -la noche del 14 de septiembre, a los 57 años, tras perder la batalla contra el cáncer de páncreas- ha sacudido Hollywood con la misma intensidad con la que este actor nacido en Houston (Estados Unidos) les enamoró décadas atrás con sus dos grandes éxitos, Dirty dancing y Ghost. "Yo creo en el mensaje de Ghost y sé que siempre estará cerca", comentó Whoopi Goldberg al conocer la pérdida de su compañero de reparto en una cinta donde Swayze desafiaba a la parca y se quedaba junto a su esposa para protegerla sin importarle que ya estuviera muerto. "Son tantos los que te quieren que tu luz brillará para siempre en nuestras vidas", agregó Demi Moore, junto a él en la misma cinta, un clásico del cine romántico.
El declive laboral llegó en los noventa, y tuvo problemas con el alcohol
Su pública batalla contra el cáncer de páncreas que le fue diagnosticado a principios de 2008 se convirtió en el último legado de Swayze. "Quiero durar hasta que se descubra una cura", declaró en una de sus últimas entrevistas mientras la prensa amarilla anunciaba en grandes titulares "Patrick Swayze tiene cinco semanas de vida".
Como se sinceró el intérprete durante sus últimos meses, este tipo de cobertura se convirtió en una "crueldad emocional" innecesaria especialmente en un momento en el que "la esperanza es lo más precioso". Siempre pragmático, Swayze confesó a la periodista Barbara Walters que su enfermedad era "un infierno" y no dudó en declarar su miedo ante una dolencia con una mortalidad del 95% en cinco años. "Hablar de cinco años es bastante optimista. Dos es más probable si crees en las estadísticas", añadió.
Con algo de sangre apache en sus venas, el hijo de la coreógrafa de Urban cowboy y un ingeniero al que llamaba cariñosamente "el galante cowboy" encontró sin problemas su lugar en Hollywood tras haber intentado hacer carrera como bailarín profesional en el Ballet Joffrey. Sus papeles tendieron a encasillarle en la categoría de galán, a veces duro a veces más romántico, pero siempre destacándose de los demás por esa suavidad de movimientos que le conferían sus conocimientos de baile, una extraña combinación dada la rudeza de sus facciones. Swayze fue uno de los adolescentes que descubrió Francis Ford Coppola en su oda a la juventud perdida que fue Rebeldes, basada en la novela de S. E. Hinton. Un reparto donde la rebeldía de Swayze, el hermano mayor de Ponyboy, estuvo acompañada de nombres como los de Tom Cruise, Diane Lane, Matt Dillon o Rob Lowe, que brillarían con tanta o más intensidad que él mismo.
Dirty dancing fue su primer gran éxito y el primero de los tres Globos de Oro a los que estuvo nominado (los otros fueron Ghost y A Wong Foo, gracias por todo, Julie Newmar), con un papel que dada su historia familiar parecía suyo desde el primer momento. "Recuerdo las prácticas de baile, divirtiéndonos mientras hacíamos esa película que nadie iba a ver", indicó Jennifer Grey con motivo de la muerte de su pareja de baile. El papel del agente de banca asesinado nada más comenzar la película en Ghost fue algo más difícil de conseguir, ya que su director (Jerry Zucker) quería a Kevin Kline. Swayze demostró ser la elección perfecta a juzgar por el volumen de lágrimas derramadas con esta cinta.
Pese a ser duramente criticado por el romanticismo casi empalagoso de sus mayores éxitos y por los innumerables momentos en los que Swayze aparecía en escena sin camisa, el actor siempre luchó contra los estereotipos, riéndose de sus habilidades como bailarín en el programa de televisión satírico Saturday night live en el que bailó junto a un corpulento Chris Farley.
Un hombre de contradicciones que, criado en el catolicismo, se interesó por el budismo y la cienciología, y que solía hablar de "la soledad de la fama", a pesar de ese matrimonio de 34 años junto al amor de su vida, Lisa Niemi, a quien conoció en las clases de baile de su madre y que estuvo junto a él hasta el final.
La fama que Swayze alcanzó en la década de los ochenta se diluyó en los noventa con papeles eclécticos como los que interpretó en Le llaman Bodhi, La ciudad de la alegría o A Wong Foo, gracias por todo, Julie Newmar. Y la crisis laboral se mezcló con sus problemas con el alcohol, que afloraron de forma especial tras la muerte primero de su padre y luego de una hermana, Vicki, que se suicidó en 1994. Swayze siempre agradeció a su esposa que le diera la fuerza para luchar esta batalla. El intérprete también sufrió otras serias dolencias, partiéndose las dos piernas durante el rodaje del telefilme Letter from a killer y de nuevo víctima de un accidente al tener que realizar un aterrizaje de emergencia en Arizona (EE UU).
Niemi también estuvo a su lado cuando en enero de 2008 el actor fue diagnosticado de cáncer y comenzó un duro tratamiento experimental que compaginó con el rodaje del que sería su último trabajo, The beast. La serie televisiva policiaca se convirtió en su resurrección profesional, un trabajo para el que, pese a su dolencia, se negó a utilizar calmantes que pudieran afectar la calidad de su interpretación.
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