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Se airean los secretos de los inquilinos de la Casa Blanca

Un libro recoge datos oficiales de las primeras familias

Todo adolescente reclama su ración de libertad. Pero cuando se trata de los hijos de un presidente, aquélla tiene un precio mucho más alto que en el caso de los adolescentes comunes. Jenna y Barbara Bush, hijas del ex presidente George W. Bush, dieron más de un dolor de cabeza al servicio secreto en su intento por reafirmar su independencia y vivir su vida... nocturna. Según revela el libro President's Secret Service: Behind the Scenes With Agents in the Line of Fire and the Presidents They Protect, que se publicará en agosto, Jenna Bush pasó gran parte de su juventud tratando de dar esquinazo a los miembros del servicio secreto que velaban por su seguridad. Según adelantó esta semana The New York Post, Ronald Kessler, autor del libro, asegura que "Jenna intentaba huir de la protección saltándose semáforos en rojo o cogiendo el coche sin avisar previamente a los agentes que cuidaban de ella. Al final, el servicio secreto optó por mantener su coche bajo vigilancia las 24 horas del día para que los agentes pudieran seguirla".

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Jenna Bush, en la NBC

Kessler, que ha trabajado para The Washington Post y The Wall Street Journal y que actualmente escribe como comentarista político en Newsmax.com, es conocido por haber escrito 16 libros centrados en asuntos relacionados con la seguridad nacional, la CIA y el FBI. En este nuevo título presenta un recorrido que abarca todo el siglo XX a través de los hombres que se dedican a la protección de los presidentes y sus familias.

El libro cuenta desde cómo se evitó que Harry Truman fuera asesinado, pasando por cómo se lidia hoy día con la seguridad de un mandatario -"es un milagro que nadie haya matado a un presidente últimamente", afirma un agente- hasta detalles sobre los asuntos extramaritales de Spiro Agnew, vicepresidente de Nixon. El libro de Kessler hará las delicias de todos aquellos que quieren saber más sobre la vida de Bush, Kennedy, sus vicepresidentes o el propio Obama. Según informa The New York Post, Kessler afirma que el actual presidente sigue fumando, aunque haya dicho que ya casi lo ha dejado.

Barbara y Jenna Bush.
Barbara y Jenna Bush.AFP

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