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Mucha reivindicación y ninguna propuesta propia

La decisión de ir a rebufo de Cataluña y sin estrategia propia deja a Camps sin margen de reacción

No había ninguna estrategia, tan solo una táctica. Ponerse a rebufo de las reivindicaciones de Cataluña y, si las cosas se complicaban, de Andalucía. Pero cuando en la última semana las negociaciones sobre el nuevo modelo de financiación autonómica se aceleraron y Cataluña se desmarcó, tan solo Andalucía y Baleares fueron capaces de mantener la presión y sacar la mejor tajada del Gobierno. Fue en esas últimas horas cuando el Consell tomó conciencia de que se quedaba colgado de la brocha. El consejero de Economía reconoció ayer que los valencianos se mantendrán como farolillo rojo en cuanto a financiación per càpita y que la diferencia en términos absolutos respecto a las comunidades mejor financiadas aumentará.

Ni comisión de expertos -que según la oposición "no ha llegado a reunirse en ningún momento"-, ni propuestas propias. Durante todos estos meses, los esfuerzos del Ejecutivo que preside Camps se han dedicado a representar una ceremonia en la que, tras el martilleo de que el Gobierno central discrimina a los valencianos, el Consell iba amontonando cifras a medida que los catalanes obtenían del Gobierno nuevas concesiones. El debate sobre el nuevo modelo de financiación lo arrancó el Gobierno de Francisco Camps con una demanda de 400 millones adicionales; luego fueron 700, de ahí se pasó a 1.000. Tras el millar, 1.100. Luego 1.200, 1.300 y en la última semana 1.500, 1.600, 1.900 y, finalmente, con la partida ya perdida, los 2.400 que ayer esgrimió Gerardo Camps.

En todos estos meses de larga negociación, el Gobierno valenciano nunca ha esgrimido otro argumento que el de la población. Un argumento que la Consejería de Economía reconoció ayer no haber impuesto en el nuevo modelo de financiación como pretendía. Hasta el punto de que el nuevo sistema utilizará como base -para todas las autonomías de régimen general, incluida Cataluña- el censo de fecha 1 de enero de 2007 y no el de 1 de enero de 2009.

El resultado pone de manifiesto, además, la poca capacidad que ha tenido el Consell para introducir exigencias propias en el nuevo sistema y lo endeble de su posición a la hora de construir frentes comunes. Frentes que han sabido rentabilizar mejor Cataluña y Baleares, por un lado, o las autonomías del noroeste peninsular -Galicia, Castilla y León y Asturias, por otro-. Falta por saber si Madrid tendrá mejor dotación que la Comunidad Valenciana.

Pese a todo, queda claro que las autonomías mejorarán su financiación. Incluida la valenciana. Y por eso ERC afirmó ayer en un comunicado: "Camps tendrá que reconocer que gracias a Esquerra Republicana el País Valenciano tendrá mejor financiación".

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