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Tribuna:Economía global
Tribuna
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Latinoamérica

Las economías latinoamericanas que venían creciendo de forma importante han visto cambiar súbitamente el momento cíclico. Un aspecto clave que redundará en la recuperación y posterior avance, luego que "pase el huracán", será la consistencia con que los países hayan implementado sus reformas estructurales. Creemos que gracias a ello la región se halla mejor preparada que en experiencias previas como la crisis de la deuda en los ochenta o la rusa de finales de los noventa. Aquellos hitos, como se recordará, generaron crisis de balanzas de pagos, fuertes devaluaciones de las monedas, crisis bancarias, caídas brutales del PIB, escenarios hiperinflacionarios, y hasta fueron la causa de finalizaciones abruptas de algunos Gobiernos.

Mucha agua ha pasado por debajo del puente en más de dos décadas que merecen la pena destacarse. Por ejemplo, se ha ganado significativamente en términos de institucionalidad económica, contándose ahora con bancos centrales con una dotación mayor de independencia, transparencia y focalizados en controlar la inflación. En la misma línea institucional, se han ido incorporando reglas fiscales a sus decisiones de política, orientadas a limitar el grado de discrecionalidad de los gobernantes de turno, así como a incorporar elementos de prudencia, fomentando el ahorro público en fondos de estabilidad fiscal, normados por ley. Asimismo, varios de los países de la región han aprendido claramente de las crisis anteriores y de sus efectos nefastos sobre las finanzas. La crisis rusa, por ejemplo, impulsó en varios casos la profundización de reformas financieras tendentes a ampliar la supervisión prudencial en las diferentes actividades, siendo muy común hallar en las regulaciones latinoamericanas requerimientos más estrictos que los exigidos en los países del primer mundo, tal vez ante la necesidad de emitir señales más fuertes para combatir el riesgo reputacional.

La apertura comercial se ha convertido en pieza fundamental de la mayor productividad en la región, siendo quizá las economías chilena, mexicana y peruana sus principales exponentes, con tasas arancelarias que en promedio han ido tendiendo a mínimos, con baja dispersión, y animándose estos países a establecer tratados de libre comercio con diferentes bloques continentales. La apertura comercial los ha dotado de una mayor competitividad basada en una mejora de la productividad incentivada por la competencia.

Retos, por supuesto, que existen y no son poca cosa, y aquí los avances han sido muy dispares. Por ejemplo, se ha logrado mejoras en la institucionalidad democrática, aunque el ritmo de cambios en algunas partes requiere perfeccionamiento. La pobreza ha experimentado reducciones, pero aún se mantiene muy elevada y está en la base la base de los problemas tales como la informalidad y acceso a los mercados laborales. Existe todavía un elevado déficit de infraestructura. Finalmente, está el tema de la educación, que muestra cifras muy por debajo de los niveles mostrados por los emergentes de Asia y Europa. Si queremos una América Latina más consolidada, los Gobiernos deberán ir mostrando una mayor preocupación por estos factores.

David Tuesta es economista jefe de la unidad de tendencias globales del Servicio de Estudios del BBVA.

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