Pellegrini: "No temo a las figuras"
Cuentan que Pellegrini siempre fue un tipo hermético. Cierto día, cuando jugaba en la Universidad de Chile, apareció a la salida de un córner para dar un pase de cabeza a Patricio Reyes. El Pato marcó el gol y corrió a abrazar a su benefactor. Mientras se le acercaba, creyó adivinar un gesto nuevo, una mirada distinta. Al abrazarlo, le gritó al oído: "¡Te emocionaste, Manuel! ¡Te emocionaste!".
Ayer, Manuel Pellegrini (Santiago de Chile, 1953) se convirtió en el décimo entrenador del Madrid en lo que va de década. Durante su presentación en el palco del estadio Bernabéu se mostró sereno y reflexivo. Su estatura noble contrastó con cierto aire melancólico, que invitó a la audiencia a preguntarle por su resistencia a la presión que le espera. "La presión no me achica", respondió; "me motiva. El peso de la responsabilidad lo llevo sin problemas. No tengo temor a las figuras".
Pellegrini deberá echar mano de todo su arsenal para no sufrir el desgaste que derribó a sus antecesores. Desde 2000, el Madrid es el club que más técnicos ha despedido de entre los grandes clubes de Europa. En su anterior etapa, Florentino Pérez tuvo seis en seis años.
Jorge Valdano, que conoce los errores que malograron el anterior proyecto de Pérez, defendió ayer al entrenador: "En el club hay cosas debatibles, como la configuración de la plantilla, e irrebatibles, como la autoridad del entrenador. Manuel será el dueño del equipo y sus decisiones serán defendidas hasta las últimas consecuencias. Lo peor que le puede pasar a un club es tener un entrenador débil".