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Reportaje:Sexta final azulgrana en la Copa de Europa

Sin profundidad ante una gran defensa

Los técnicos explican cómo el nudo del Chelsea dejó al Barça con un solo remate a puerta

Jordi Quixano

Habituado a negociar con la pelota y no con el rival, el Barça sufrió en Stamford Bridge, donde el Chelsea le exigió un guión físico, de choque y poco control del balón en las posiciones avanzadas. "Atacamos como siempre", convino Guardiola. Pero no encontraron líneas de pase y menos posiciones de remate. Un único disparo fue a portería. Algo que sólo le ha ocurrido cinco veces en los últimos seis años. Ante el Betis (3-0 en el Ruiz de Lopera, 2002), la Real Sociedad (2-1 en Anoeta, 2002), el Sevilla (0-1 en el Pizjuán, 2004), el Depor (2-0 en Riazor, 2008) y anoche, frente al Chelsea. Chutó Iniesta y la clavó.

La transición de la defensa al ataque fue un tormento para el Barça. "El Chelsea no hizo una primera línea de presión", apunta Xabier Azkargorta, el técnico más internacional; "hasta Piqué abusó de la conducción porque no encontraba a quién dársela". Así opina Miguel Ángel Lotina, entrenador del Depor: "Drogba no trabajaba en defensa, por lo que Piqué salía muy cómodo con la pelota. El problema era después". Un problema mayúsculo porque no abrieron huecos. "Xavi se tiró muy atrás para ayudar a la salida de la pelota de Busquets. Faltaba otra referencia", apunta Víctor Fernández, ex entrenador del Celta y Zaragoza entre otros. "Pero eso era porque el Chelsea defendía con dos líneas muy próximas", interviene el ex seleccionador Javier Clemente. "De ahí que el Barça perdiera su primer pase interno. Algo que le lastró porque tras ese pase llega el juego de bandas o la asistencia profunda", abunda Lotina, y remata Fernández: "Al Barça le faltó profundidad en las dos bandas y tampoco tuvo el último pase".

Cuando se aproximó al marco rival, también se quedó a medias. "El Chelsea defendía a un metro del área o incluso dentro. Por lo que el Barça perdió la capacidad de las paredes o de profundizar", analiza Azkargorta. "Muy pocos espacios entre el portero y la defensa", reseña Víctor Muñoz, ex técnico del Getafe. No resulta extraño, entonces, que el equipo no cometiera ningún fuera de juego. Tampoco robó pelotas en el área contraria. "Porque tiraban el pelotazo", explica Azkargorta. Sólo hurtó una y acabó en gol.

"En concepto táctico, cualquier equipo español plantea mejor el partido. Pero ninguno tiene ese poderío físico. A veces daba la impresión de que jugaban hombres contra niños", interviene Lotina. "No creo que sea por físico, sino por conceptos asumidos", replica Víctor Fernández. "Los demás equipos no pueden evitar que el Barça tire a puerta. Se debe al físico y a la calidad de los jugadores", aclara Víctor Muñoz. Y todos acuerdan: "Fue una defensa mayúscula".

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