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Reportaje:Apuntes

De clase al escenario

Los grupos universitarios son una cantera de actores profesionales

De las aulas universitarias salen e históricamente han salido profesionales de la escena. No son pocos los actores, dramaturgos, productores y compañías que se han profesionalizado tras "engancharse" al teatro durante su paso por la universidad. Muchas caras conocidas de las teleseries que cosechan a diario millones de espectadores, como Alejandro Tous, el actor protagonista de Yo soy Bea, o Fran Nortes, que ha participado en Amar en tiempos revueltos y en Al salir de clase, entre otras, iniciaron sus carreras en el Aula de Teatro de la Universidad de Alicante.

De allí, a probar suerte a Madrid e indefectiblemente a elegir un destino: el del teatro. "De la Universidad de Alicante, nos vinimos un grupo y todos nos hemos abierto camino", dice Miguel Esteve, diplomado en Empresariales y que dirige la producción del Romeo y Julieta, de Will Keen, una obra en la que su amigo y compañero de universidad Alejandro Tous interpreta al protagonista. Esteve menciona a otros compañeros que eligieron el mundo de las tablas, como Juan Carlos Mestre, que participa en el musical La vuelta al mundo de Willy Fog, que se representa en Madrid.

Tous empezó en Alicante y está en 'Yo soy Bea' y 'Amar en tiempos revueltos'

Para el director de escena y catedrático de la Universitat de València Antoni Tordera el trasvase de profesionales de la escena universitaria a la profesional supone "un signo de madurez del teatro universitario". Algo que ha sucedido recordando los casos de los dramaturgos valencianos José Sanchis Sinisterra, Miguel Signes, José María Morera y Antonio Díaz Zamora. En opinión de Tordera, existe "una separación" entre el mundo profesional del teatro y el teórico (el producido en las universidades), algo que achaca a la ausencia en España (a diferencia de otros países como Italia) de departamentos de teatro en las universidades y que lo perjudica sobremanera.

Pero en las universidades cunden los casos de los "valientes" que intentan unir ambos mundos. Josep Vicent Valero, Anna Marí y Dani Tormo montaron hace un año la compañía de teatro Crit y una empresa de gestión cultural que distribuye las actuaciones de ésta. Todos son filólogos (algunos en varias titulaciones) y Marí además es doctora. "Aprovechamos nuestra formación para explotar campos de acción a los que no llega el teatro valenciano, como la difusión del patrimonio valenciano", señala Marí. En un año han realizado más de 150 representaciones a partir de obras de Joanot Martorell, Jaume Roig y Joan Timoneda. La misma intención pedagógica que inspiraba el grupo de teatro universitario La Barraca que dirigía Federico García Lorca y con el que acercó los autores clásicos al pueblo. Precisamente los tres filólogos, cuando todavía estaban en la universidad, fueron seleccionados por el Gobierno como una de las cuatro aulas de teatro universitarias que participaría en Las rutas de la Barraca, un proyecto destinado a rendir un homenaje a la agrupación de Lorca. "La mayor parte de nuestra formación la hemos aprendido en talleres de teatro de la Universitat y la experiencia en los montajes", coinciden Valero y Tormo. Pep Sanchis, director de Assaig (Grup de Teatre de la Universitat de València) hay que mimar al actor universitario: "Son personas que vienen desinteresadamente. Que no cobran cuando actúan, así que aunque no está considerado como profesional, sí que pretendemos que el funcionamiento de la compañía lo sea". Crit no es el único ejemplo. La compañía teatral La Inestable y muchos actores han salido de la universidad, que forma cada curso a alrededor de 50 estudiantes. Además, hay grupos en facultades que funcionan de manera autónoma.

Durante esta semana, 13 compañías universitarias coinciden en La Nau de Valencia en la XIV Mostra de Teatre Universitari de la Xarxa Vives. Allí encontramos a Ignacio Chillón, licenciado en Historia en Alicante, con experiencia en teatro universitario que, tras trabajar cuatro años de arqueólogo, ha montado una empresa de iluminación y sonorización teatral. Y también encontramos a Rafael Llorens, septuagenario profesor jubilado, y a Joan Nave, un decorador de muebles y estudiante de Filología Catalana que busca en la Universidad de Alicante una formación de actor porque la ciudad carece de una escuela de arte dramático.

Cuanto menor, mejor

Más de 70 años después de que Lorca dirigiera la compañía de teatro universitario La Barraca o de que Max Aub hiciera lo mismo desde Valencia con El Búho, el teatro universitario sigue vivo aunque, inevitablemente, ha evolucionado. "Históricamente el teatro universitario ha supuesto la vía de entrada de las dramaturgias más vanguardistas, un teatro no sujeto a los dictados del mercado, un papel que continúa ejerciendo, aunque ahora se mezcla de todo", coinciden Juan Luis Mira, uno de los tres directores del Aula de Teatro de la Universidad de Alicante, y Ferran Grau, su homólogo en Valencia. El Aula de Teatro de Alicante, con tres compañías (contemporáneo, valenciano y clásico), donde se forman cada año alrededor de un centenar de personas, es un claro ejemplo de ello.

Las aulas de teatro suelen estar dirigidas por profesionales, y la buena salud de las mismas depende de la voluntad de la universidad, aunque siempre desempeñan un papel más importante en las ciudades más pequeñas. "En Alicante no hay escuela de arte dramático y aunque nuestro objetivo no es estrictamente la de formar actores, nos convertimos en el espacio para canalizar profesiones latentes", dice Mira, director de Jácara Teatro y al frente del teatro universitario desde hace más de 20 años. En Castellón, según confirma el director del Aula de la Jaume I, Antoni Valesa, ocurre lo mismo. Bautizada con el nombre de su fundador, el genial actor y autor castellonense ya fallecido Carles Pons, está abierta a personas ajenas a la universidad y además promueve la muestra Reclam, una iniciativa que surgió para programar lo que no se veía en la capital de La Plana y que goza de excelente salud: cada otoño reúne a 15.000 espectadores. En Ourense (con el MITEU, el festival internacional universitario más importante de España), Santiago de Compostela o Granada, ocurre lo mismo.

"En Valencia, donde hay una mayor oferta, cuesta más traspasar las fronteras universitarias, pero también lo hemos conseguido con Parelles de fet, de fet parelles, de Carles Pons, que se programó en el circuito profesional", dice Grau.

Tomás Mestre, director de la sección en valenciano del Aula de la Universidad de Alicante, considera que el teatro universitario "atraviesa un buen momento. Nuestros montajes tienen un gran recorrido, vamos al mayor número de festivales. Eso es lo más interesante, que el trabajo se pueda mostrar".

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