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Reportaje:

Novedades para el arte

Expertos en tecnología y artistas intercambian sus ideas - Ludwig Zeller muestra un cubo para consultar páginas de fotos en Internet

Los avances técnicos han alimentado la creatividad a lo largo de la historia del arte. Con la llegada de las novedades digitales el trasvase de experiencias de un campo a otro y la velocidad de los cambios se ha multiplicado. A lo largo de dos jornadas, 15 ponentes internacionales han presentado en Bilbao proyectos en los que confluyen arte y tecnología. En Technarte 2009, que ayer se clausuró en el palacio Euskalduna, se habló de arquitectura virtual, creación de espacios interactivos en tres dimensiones, nanotecnología o del anális del movimiento de las aves al volar.

Sólo uno de los ponentes acudió al encuentro de Bilbao, organizado por cuarto año consecutivo por la asociación de empresas sin ánimo de lucro Innovalia, con todo el despliegue técnico necesario para hacer una demostración práctica de su proyecto. Ludwig Zeller, alemán, de 27 años, no se conformó con las referencias teóricas o las proyecciones que mostraron otros participantes. Zeller montó una pantalla de grandes dimensiones, instaló cables y aparatos, conectó su ordenador a Internet y se dispuso pacientemente a explicar cómo funciona el Cubebrowser, un navegador que permite consultar páginas de almacenamiento de fotos en Internet.

15 ponentes han participado en Technarte 2009, la cuarta edición del encuentro
El Cubebrowser es el resultado del proyecto de fin de carrera de su autor

Lo más llamativo es que el sistema inventado por Zeller se opera con un simple cubo, de unos 12 centímetros de lado que, al ser girado en cualquier dirección, cambia de foto. Es, dice su creador, una forma de recuperar la tradición de compartir del álbum de fotos, pero acabando con los límites de capacidad.

El Cubebrowser es el resultado del proyecto de fin de carrera de Zeller, formado entre técnicos y artistas en la Academia de Artes Audiovisuales de Colonia. El aspecto del cubo, liso, de tacto metálico y pintado de azul, no revela su potencial. Su secreto está escondido en su interior: conectado sin cables al ordenador, sus sensores trasmiten en silencio las órdenes de cambio de imágen.

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Zeller imagina las múltiples salidas creativas del artilugio, pero no ha conseguido todavía poner su idea al servicio de los artistas. "Es gente", lamenta, "que no tienen mucho dinero". Con el cubo entre las manos, del tamaño perfecto para poder moverlo con comodidad y sentado frente a su ordenador, Zeller explica que, afortunadamente, es un sistema con gran capacidad de adaptación. Lo demuestra contando que su único cliente, por el momento, ha sido la empresa farmaceútica alemana Bayer, que lo utilizó en una gigantesca reunión de empleados en su sede central de Leverkusen.

Y no se siente decepcionado: "Es igual que los medios tradicionales. La pintura pueder servir a un artista para expresarse, y a otra persona para cubrir una pared por encargo".

Ludwig Zeller, ayer, con el cubo que permite consultar páginas de almacenamiento de fotos en las manos.
Ludwig Zeller, ayer, con el cubo que permite consultar páginas de almacenamiento de fotos en las manos.SANTOS CIRILO

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