Urnas electrónicas en el Madrid

La asamblea de socios compromisarios del 7 de diciembre de 2008 costó al Madrid la dimisión de Ramón Calderón como presidente, una de las peores crisis institucionales y dos demandas de impugnación de los acuerdos aprobados. Se colaron diez personas que ni tenían derecho a voto ni en algún caso eran siquiera socios. La presencia de público, incluidas decenas de ultras sur, invitados por Calderón, contribuyó a crear un clima de crispación que varios directivos calificaron luego de "vergonzoso". Para evitar que se repitan esas imágenes, el actual presidente, Vicente Boluda, entonces vicepresidente, ha tomado dos medidas: la asamblea estará cerrada al público por primera vez -tan sólo tendrán acceso al pabellón número 10 de IFEMA los 2.103 socios compromisarios y la prensa- y también por primera vez se utilizará un sistema de voto con urna electrónica; el viejo sistema de levantar las papeletas -blancas para el sí, rojas para el no y verdes para la abstención- y esperar que unas azafatas las cuenten en menos de un minuto se ha suprimido.

No habrá público. Sólo se permitirá el acceso a los 2.103 socios compromisarios

Boluda pronunciará el habitual discurso de apertura. Después, los compromisarios podrán votar los puntos del orden del día, divididos en tres votaciones distintas, que se realizarán en otra sala habilitada para eso. La primera tendrá como único punto la ratificación de Boluda como presidente. La segunda, la opción de dejar sin validez los acuerdos de la pasada asamblea. La tercera, en el caso de que esta última se haya aprobado, es la más complicada porque los socios tendrán que votar siete puntos a la vez: la aprobación de las cuentas, de los presupuestos y de las cuotas sociales y la elección de los miembros para la junta electoral y la comisión de disciplina social (los mismos que en la asamblea del 7 de diciembre). Al tiempo, y todo aparecerá en la misma pantalla, votarán la aprobación del sistema de voto por correo y del voto por identificación notarial.

El club dejaba claro en el orden del día publicado hace dos semanas que sólo en el caso de que el sistema de voto por correo no fuera aprobado se procedería a someter a votación el sistema notarial. Pero, finalmente ha agrupado los dos puntos, lo que crea cierta confusión. Y es que el socio que vote el sistema de voto por correo tiene también que votar el sistema notarial sin saber si lo primero ha sido aprobado o no, ya que el recuento de los siete puntos de la tercera votación se hará a la vez. "Es que hacer otra votación distinta para eso alargaría demasiado el proceso", justifica un portavoz del Madrid.

Para la asamblea, el club ha contratado los servicios de Indra, la empresa que lleva las votaciones políticas. Habrá 150 urnas con pantalla táctil -una por cada 14 compromisarios si acuden todos-. Incluso ha puesto algunas de ellas a disposición de los compromisarios que quieran practicar. El sistema resulta fácil para alguien acostumbrado a utilizar un ordenador, pero es algo complejo para las personas mayores. "No se pueden equivocar porque habrá alguien con ellas y porque antes de emitir el voto se les pedirá una confirmación", dijo ayer el responsable de Indra. "Calculamos que cada votación tardará unos 40 minutos", añadió. Eso incluye el paso a la sala habilitada al efecto y el control de las credenciales. Una vez comprobadas, el personal entregará a cada socio una tarjeta con un chip que tendrá que introducir en la urna para votar. Si se intenta utilizar más de una vez, aparecerá el aviso "la tarjeta ya ha sido utilizada". La urna almacenará los recibos de los votos para un eventual recuento manual.