"Necesito irme de vacaciones tras un año intenso de trabajo"
Fue el más esperado, el más fotografiado, el más deseado. Su aparición iba precedida de suspiros y gritos de admiración del estilo de "¡guapo!" o "¡quítate la chaqueta que veamos ese cuerpo!". Es Miguel Ángel Silvestre, distinguido con el Premio Ondas al mejor intérprete de una ficción nacional por su personaje de El Duque en Sin tetas no hay paraíso (Telecinco), serie que atrae cada semana a casi cuatro millones de espectadores (23,3% de cuota).
El actor provocó recientemente el disgusto de sus admiradoras porque se le atribuyeron unas declaraciones en las que afirmaba que dejaba España. Explica que todo ha sido un malentendido. Por ahora no se plantea instalarse en Estados Unidos para conquistar Hollywood. "Lo único que voy a hacer es viajar para conocer gente y otras culturas. Lo necesito después de un año de trabajo muy intenso", comenta Silvestre, que asegura desconocer cuál de los dos finales grabados de la serie se emitirá finalmente.
Consciente del empujón que este polémico papel ha representado para su carrera, añade: "Me permite elegir los proyectos. Ha sido controvertido, pero es una interesante reflexión sobre el bien y el mal. Refleja que aunque alguien haga cosas malas, siempre tiene derecho al perdón".
