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El mecenazgo de una camarera y maestra

Una mujer se convierte en primera benefactora del Donostia Physics Center

El País

Una mujer, camarera y maestra tardía, amante del euskera y del conocimiento, es la primera mecenas con que cuenta el Donostia International Physics Center (DIPC) de San Sebastián, que dirige el físico Pedro Miguel Etxenike. Josebe Olarra Lizarralde, nacida en Betelu (Navarra) en 1920 y fallecida el pasado marzo, resolvió donar todos sus bienes al DIPC y ahora el centro de investigación quiere reconocerle ese gesto. En su honor, la sala principal de conferencias del centro llevará su nombre y también uno de los fellows (equivalente a una cátedra) del programa para recuperar a jóvenes investigadores afincados en el extranjero que el DIPC desarrolla desde 2000.

Olarra dejó en su testamento instrucciones para que sus bienes se dediquen "al progreso de la investigación científica" de la forma que "libremente determine" Etxenike, a quien la mujer comunicó el destino de su herencia antes de morir, informa Efe.

El físico explicó ayer que Olarra le pidió una cita y llegó "como pidiendo perdón" al pensar que su donación -un piso en el barrio donostiarra de Gros y una cuenta corriente con una cantidad no precisada- era muy modesta en comparación con las que habría recibido el centro de otras personas.

Etxenike precisó algunos detalles de la vida de esta mujer, adoptada por un matrimonio que sólo tenía un hijo. A los dos años perdió un brazo en un accidente, por lo que sus padres dejaron de llevarle a la escuela para evitar que sus compañeros se riesen de ella. Lo que aprendió en casa le sirvió para ejercer como maestra sustituta sin título en la escuela de su pueblo. Estbalecida en San Sebastián, trabajó como camarera en un bar del centro de la ciudad. Allí se casó con un gudari al que le faltaba un pie.

A los 58 años, pudo cumplir su sueño de estudiar Magisterio y enseñó en un colegio donostiarra hasta su jubilación. "Sus grandes amores fueron el euskera y el conocimiento. Esperemos que sea la primera de una serie de donantes, porque el mecenazgo debe abarcar a todos los sectores de la sociedad", destacó el físico.

La Diputación de Guipúzcoa y la fundación que rige el DIPC renovaron ayer su convenio de colaboración para seguir recuperando para Euskadi a científicos afincados en el extranjero. Hasta la fecha se han acogido al programa, financiado por la institución foral, más de 10 jóvenes que investigaban en otros países.

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