"Manejo mis 196 centímetros con ligereza"

Diego López, de 27 años, acomoda sus largas piernas por debajo del asiento delantero del avión mientras reflexiona sobre su bautismo europeo. "Esto es fútbol de verdad", afirma ante la cita de esta noche el portero de Paradela, un pueblo de Lugo de apenas 300 habitantes. Enfrente tendrá a su ídolo de tantos años, Van der Sar, con cuyo estilo sobrio se identifica. Su cláusula de rescisión es de 36 millones.

Pregunta. Con ese aura de tranquilidad, ¿preparado para la avalancha de Old Trafford?

Respuesta. Aparentemente soy tranquilo, pero luego cambio muchísimo. Está claro que si vas blando al balón, sobre todo en las jugadas a balón parado, te las llevas todas. Hay que entrar más fuerte que ellos.

"Quería jugar en el Madrid, pero al tercer año supe que esa puerta estaba cerrada"

P. ¿En qué sentido dice que cambia muchísimo?

R. En que tengo muy mal perder, me cabreo muchísimo. Soy muy perfeccionista, pero estoy aprendiendo a controlarlo.

P. ¿Le ayuda el entrenador?

R. Sí, es un técnico que dialoga y que trata de ser justo y honrado. Involucra, además, de su buen gusto futbolístico a toda la plantilla.

P. ¿Sufre por ser tan alto?

R. Manejo mis 196 centímetros con ligereza. Es una de mis virtudes. Soy delgado y me controlo para no pasar de 90 kilos. Un kilo de más se nota muchísimo. Las jugadas son muy rápidas y, cuanto más ligero, mejor.

P. Tiene dificultades con el balón en los pies.

R. Es algo a mejorar, lo trabajamos muchísimo.

P. ¿Pagó haber jugado tan poco en Primera?

R. Sí, había jugadas que no sabía resolver. Y tuve errores como un control con el pie que se me fue largo contra el Almería, y que ahora sé que hay que despejar. O un balón colgado, frente al Zenit, que me confié y vino uno por detrás y me tocó.

P. Se pasó mucho tiempo a la sombra de Casillas en el Madrid.

R. Dos años de segundo portero y uno de tercero. El primer año fue un triunfo porque estaba aprendiendo, pero al tercero me di cuenta de que quería jugar, y esa puerta estaba cerrada.

P. A Capello parecía gustarle usted más que Casillas.

R. No llegó a decírmelo. Me apoyó mucho a pesar de no jugar.

P. ¿El portero perfecto?

R. El juego aéreo de Buffon, los pies de Van der Sar y los reflejos de Casillas.

P. ¿Le gusta Van der Sar?

R. Es mi ídolo desde su etapa en el Ajax. Parece un jugador de campo. Muy táctico, da salida al equipo y no necesita tirarse por su gran colocación.

P. Desde que entró de titular en la segunda vuelta de la pasada Liga, el Villarreal encajó muy pocos goles. ¿Por qué?

R. Entré con los centrales Godín y Gonzalo Rodríguez, y el mediocentro Eguren. Sólo encajamos 10 goles y fuimos segundos.

P. ¿Cómo son estos dos jóvenes centrales?

R. Similares: fuertes, rápidos, contundentes. Es una suerte para nosotros que no sean muy conocidos fuera de aquí. Están entre los mejores del mundo.

P. ¿Y qué pasa con Cazorla?

R. Que está increíble. Ya tenía calidad, pero se soltó por la confianza de verse en la selección y por el interés del Madrid.

P. Defina a los cuatro delanteros que tendrá hoy delante.

R. Berbatov es rápido, define bien y sabe jugar de espaldas; Rooney es un peleón con fuerza y un gran disparo; Tévez corre todo el partido y tiene una gran calidad; y Cristiano Ronaldo es, con Messi, el mejor del mundo.

P. ¿Qué partido visualiza?

R. El Manchester está físicamente por encima. Tienen ritmo e intensidad. Pero los sabremos contrarrestar. El campo es muy grande, como el Bernabéu o el Camp Nou, y eso beneficia a nuestro juego.