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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Stephanie Tubbs Jones, firme oponente de la guerra de Irak

Fue la primera afroamericana en el Congreso de EE UU

El miércoles por la noche, 20 de agosto, falleció todo un símbolo para la población afroamericana de Estados Unidos. Stephanie Tubbs Jones, de 58 años, fue muchas cosas en vida: feroz oponente de la guerra de Irak, dura crítica del recorte de impuestos a los ricos del presidente George W. Bush y firme defensora de la malograda candidatura presidencial de la senadora Hillary Clinton. Aparte de tener un papel decididamente progresista en la vida del Partido Demócrata fue, en 1999, la primera mujer afroamericana elegida para la Cámara de Representantes por la castigada zona industrial de Ohio.

Tubbs Jones estaba conduciendo su coche el martes por la noche en su Cleveland natal cuando sufrió un aneurisma, que desencadenó una hemorragia cerebral que la dejó inconsciente inmediatamente. Atravesó varios carriles hasta que su vehículo se detuvo en la cuneta. Un agente de policía acudió hasta el coche y llamó a una ambulancia. Los servicios de emergencia la trasladaron al hospital Huron, donde entró en estado crítico. "A lo largo de la mañana y la tarde siguiente su condición se degradó", dijo la portavoz del centro médico, Eileen Sheil.

"Esta congresista trabajó para ampliar los derechos de todos los americanos", dijo el presidente Bush en un comunicado; "la nación entera le da las gracias por su dedicación". Los Clinton emitieron otro comunicado en el que le agradecían que "a lo largo de los años, con muchos altibajos", Tubbs Jones estuviera siempre a su lado, "imperturbable e infatigable". "El suyo era un espíritu luchador", añadió el matrimonio.

Retrato de la división que muchas mujeres afroamericanas del Partido Demócrata sufrieron en esta campaña, antepuso su género a su raza y decidió apoyar a Hillary Clinton hasta el final. Estuvo junto a la senadora en la noche de su histórica victoria en las primarias del Estado de Ohio. "Veremos a la primera mujer presidenta, será un momento histórico", dijo entre bastidores aquella noche.

Sus previsiones fallaron, y esperó hasta el día en que Clinton retiró su candidatura, en junio, para, dócilmente, pasarse al bando de Obama, por el que quiso hacer campaña este verano como si nada hubiera sucedido. El candidato demócrata le agradeció el gesto el jueves. "No tuvo suficiente con romper barreras en su propia vida. Estaba decidida a ampliar las oportunidades de los más desfavorecidos. En Stephanie, ellos tenían a una amiga sin miedo y a una defensora imbatible", dijo.

Tubbs Jones mantuvo intacto su rechazo a la guerra de Irak. En 2002 votó contra el uso de la fuerza para derrocar al dictador Sadam Husein. Un año después, cuando los portaaviones ya se dirigían hacia el Golfo Pérsico, fue una de los 11 representantes que no votaron a favor de apoyar a las tropas norteamericanas que estaban a punto de invadir el país. Ambas resoluciones vinculaban a Husein con los atentados terroristas contra Washington y Nueva York de 2001, algo que la congresista creía falso.

En estos días electorales de campañas presidenciales y congresos políticos se recordará a Tubbs Jones por su discurso en la Convención Nacional Demócrata de 2004, la que ratificó a John Kerry como candidato. En aquella noche, la gran oradora que era la congresista embelesó a los votantes hablando de sus padres, "que trabajaban día y noche, uno como empleado de aeropuerto; el otro, en una fábrica, hasta que pudieron ver a su hija servir a su ciudad natal de Cleveland como congresista". El suyo fue, como el de muchos ciudadanos afroamericanos, un ladrillo más en el edificio del sueño americano.

Stephanie Tubbs Jones.
Stephanie Tubbs Jones.

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