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Reportaje:

La Caixa, a por las empresas

La entidad busca equilibrar su cartera crediticia, copada por el riesgo hipotecario

La Caixa, tercera entidad financiera española por detrás de Santander y BBVA, alardea a menudo del liderazgo que ostenta en la banca minorista, que ha ido esculpiendo en paralelo a la conformación de un conglomerado industrial y con creciente vocación financiera, hoy encarnado por Criteria. Sin embargo, la entidad arrastra puntos flacos en su actividad bancaria, áreas de negocio donde el liderazgo le queda lejos, como banca de empresas, banca corporativa, banca personal y, hasta ahora, banca privada.

Colorear esas zonas grises es uno de los objetivos que el presidente de La Caixa, Isidre Fainé, se ha propuesto en el plan estratégico vigente de la entidad, que tiene como horizonte temporal el año 2010. Fainé lleva tiempo repitiendo que, si la caja es hoy banco de referencia de las familias, ahora debe convertirse en referencia de las empresas. Y este año ha iniciado su ofensiva.

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"Es un tiempo más que oportuno para ello. El negocio de la inversión crediticia inmobiliaria bien sabido es que decrece y la banca de empresas puede relevar parte de ese negocio", subraya Juan María Nin, director general de La Caixa. Precisa que "lo ideal" sería equilibrar la cartera crediticia de modo que el riesgo hipotecario bajara a un 60% (hoy supera el 80%) y que el crédito al consumo y a empresas subiera al 40%.

No es un propósito original, ni fácil. Todas las entidades financieras, y particularmente las cajas de ahorros, más volcadas en las hipotecas, buscan ese mismo efecto sustitución. Pero los tiempos de tormenta financiera e inmobiliaria que descargan pillan a La Caixa fuerte en liquidez (más de 23.000 millones de euros) y, novedad, con un dispositivo que hace un año no tenía.

"Para lograr avances significativos en la banca de empresas hace falta un canal de distribución especializado, recursos humanos también especializados, bien formados, y un circuito de riesgos igualmente especializado", añade Nin, con un largo bagaje personal en esta área. A la primera caja incorporó para desarrollar esta pata de La Caixa a un estrecho colaborador anterior como Juan Antonio Alcaraz, tras su paso fugaz por la inmobiliaria Astroc.

El verano ha llegado justo cuando la caja acaba de culminar la apertura de 68 centros específicos para dar servicio a empresas, que dependerán de los distintos directores territoriales y estarán integrados a la red comercial global. De esos centros, 66 están concebidos para atender a empresas que facturen entre 10 y 200 millones de euros. Las otras dos, en Barcelona y Madrid, son centros de banca corporativa para compañías con unas ventas superiores.

La capilaridad de la red de casi 5.500 oficinas de La Caixa, que se mueve con soltura entre las grandes corporaciones, le había permitido hasta ahora trillar el campo de la microempresa y el mercado de la pequeña empresa con una facturación cercana a los 10 millones. Pero cojea en la empresa mediana y grande.

La subred comercial específica para empresas de La Caixa queda aún muy corta respecto de los 154 centros que, sólo en España, tiene desplegados con el mismo fin el Santander. O aún más de las 217 el segundo gran banco, el BBVA. Sin embargo, la puesta en marcha acelerada de una estructura que no existía en el pasado -se habían barajado otras fórmulas anteriormente- ha equiparado en poco tiempo (seis meses) la plataforma de La Caixa a la red comercial para empresas de otras entidades financieras como Banc Sabadell, cuyo fuerte son precisamente las empresas, Caja Madrid (con 66 centros) o Bancaja (45).

"En este medio año hemos culminado sólo una primera fase. Nuestros 68 centros son un dispositivo mínimo, que nos permite dar cobertura a las empresas medianas y grandes en toda España, igual que nuestros competidores", señala Nin. De los más de 500 empleados de la entidad que se dedican a la nueva aventura (66 directores de centro, 206 gestores de cuentas, 66 analistas comerciales de empresas, 61 especialistas y 132 personas de apoyo operativo).

Éste es el plan: La Caixa se ha propuesto llegar a 2010 habiendo incrementado un 35% el volumen de negocio con empresas para alcanzar los 124.560 millones. Y ganar 150.000 clientes empresariales y situarse en el medio millón.

Pese a lo reciente de la apuesta empresarial, el director general de la caja asegura que ya se empiezan a ver sus "primeros frutos". Según los datos proporcionados por la entidad, en diciembre pasado, un 44,3% de las pequeñas empresas españolas tenían algún tipo de relación contractual con La Caixa (aunque sólo fuera, por ejemplo, la contratación de un producto financiero con ella). Seis meses más tarde, esa cuota ha subido ligeramente al 45,3%. Los porcentajes también han subido (del 57,9% al 59%) en estos últimos seis meses en el caso de las empresas medianas y grandes. Parecen porcentajes muy elevados, pero los bancos líderes tienen cuotas en torno al 85%.

La mayoría de empresas operan con varias entidades, así que La Caixa busca tener más clientes, y sobre todo hacer más negocio con los que capta. Aunque la cuota en las microempresas sea más baja, del 18%, un 53% de todos los créditos de ese tipo de empresas sólo opera con la primera caja de ahorros. Esa llamada cuota CIRBE (Central de Información de Riesgos del Banco de España) es más baja aún en el caso de las pequeñas empresas (22,9%, un punto más que en diciembre) y de sólo el 8,7% en el caso de las medianas y grandes (tres décimas más que hace medio año).

El presidente de La Caixa, Isidro Fainé, seguido por el director general, Juan María Nin.
El presidente de La Caixa, Isidro Fainé, seguido por el director general, Juan María Nin.J. M. TEJEDERAS CHACÓN

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