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Reportaje:EUROCOPA 2008 | España-Grecia

Xabi Alonso vuelve a ser quien era

El centrocampista del Liverpool gobernó, sobre todo en la segunda mitad, el juego de la selección y rozó el gol en dos magníficos disparos que merecieron mejor suerte

La España B dejó clara una cosa: no es la Holanda B, que solventó de forma más que decorosa a Rumania, pero en el cómputo de un partido muy desigual, dejó mejor imagen de la que había anunciado al principio. A los suplentes de Luis Aragonés, el seleccionador, les faltó, durante la primera mitad, tensión, velocidad y ese prurito que reclamaba el orgullo de conseguir tres victorias en tres partidos. La segunda mitad modificó su aspecto, gracias sobre todo al control ejercido por Xabi Alonso, que permitió a la selección cambiar de velocidad, acorralar al equipo griego, y remontar no sólo el marcador sino la mala cara del inicio.

- Albiol. Es el recambio natural en el eje de la defensa si alguno de los centrales fallan, se lesionan o son sancionados. El central valencianista mantuvo el buen toque en la salida del balón, pero el gol de Charisteas afeó toda su actuación. Su despiste fue monumental, especialmente por tratarse del más afamado rematador griego.

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- Xabi Alonso. Comenzó enganchando bien con De la Red y dando variedad al juego de la selección, con sus pases largos a ambas bandas. El jugador del Liverpool volvió a su juego más genuino, dejando el toque corto a De la Red, Iniesta y Cesc. Fue el mejor rematador del equipo. Lo intentó por sorpresa en la primera parte, desde casi el medio del campo y envió un derechazo tremendo desde unos 20 metros, en la segunda, que dio en el poste. Un disparo bellísimo que consiguió despertar a la selección. Su segundo tiempo recordó la mejor versión de Xabi Alonso, recuperando muchos balones y dosificándolos con criterio. Quizás fue el jugador que más mereció el gol, negado por el infortunio.

- De la Red. Junto a Xabi Alonso, disputa el lugar habitual de Senna entre los titulares. Su mayor virtud fue la capacidad para llegar al área. El control del juego y la posibilidad de servir de enganche entre Xabi Alonso, por detrás, y Cesc, por delante, no funcionó como podía esperarse. El control del balón lo confundió en muchas ocasiones con la lentitud. Mejoró en la segunda parte, donde impuso su llegada, premiada con el gol, en una jugada con tres toques de balón.

- Cesc. Otro de los candidatos a la titularidad, ayer en funciones de medio punta clásico. Su labor estuvo llena de intermitencias, siempre basada en la calidad técnica, pero sin capacidad de liderazgo en ataque. España no abusó del balón largo (aunque el gol naciera de ese tipo de juego) lo que favorecía las combinaciones que reclama el líder del Arsenal. No las malgastó, cuando las tuvo, pero tampoco se prodigó en exceso.

- Los laterales. Arbeloa por la derecha y Fernando Navarro por la izquierda, sufrieron más de lo que cabía esperar ante la selección griega. Los exteriores de Rehhagel, encontraron con bastante facilidad su espalda y tampoco aportaron mucho en ataque. A la hora de subir parecieron remolonear demasiado. El dos contra uno en las bandas no fue una jugada que España utilizase en su juego.

- Güiza. El pichichi de la Liga española tenía la oportunidad que soñaba desde que llegó a Austria. Con el paso cerrado por el intratable Villa y la jerarquía de Fernando Torres, ayer demostró su ansiedad por el gol. Fue creciendo con el partido. En la primera mitad, toda su ambición era disparar como fuera contra la portería del errático Nikopolidis. Quizás nervioso, amén de ansioso, malgastó las pocas ocasiones que le propusieron sus compañeros. Después se tranquilizó, cayó mejor a las bandas y dispuso de ocasiones manifiestas de gol que desperdicio por malos controles, malos disparos o decisiones equivocadas. Era su oportunidad y la aprovechó cuando el partido agonizaba. Un buen centro y un resbalón del defensa griego le regalaron un cabezazo limpio que dio la victoria a España y a Güiza el premio que reclamaba con fe, pero sin acierto.

- Las bandas. Iniesta (luego Cazorla, como estaba previsto) y Sergio García tuvieron más apariencia que efectividad. Ambos tienden al juego diagonal, Iniesta mediante la técnica, y Sergio García, con su velocidad. Amagaron más que dieron, especialmente el jugador del Zaragoza que perdió un par de ocasiones por exceso de velocidad. Iniesta fue objeto de un penalti no señalado y dejó algunos detalles de calidad, tratando de dirigir el ataque desde la izquierda, hasta que fue sustituido por Cazorla.

Xabi Alonso controla el balón perseguido por el extremo griego Amanatidis.
De la Red disputa el balón de cabeza con Kyrgiakos.
Xabi Alonso controla el balón perseguido por el extremo griego Amanatidis. De la Red disputa el balón de cabeza con Kyrgiakos.ALEJANDRO RUESGAREUTERS

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