La ONU culpa de la crisis alimentaria a la "política aberrante" del FMI
Ziegler pide una moratoria de cinco años para los biocombustibles
El relator especial de la Organización de las Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación calificó ayer de "auténtica tragedia" el aumento del precio de los alimentos y pidió fondos suplementarios para atajar el hambre. En el marco de una reu-nión del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, con las 27 agencias que conforman el organismo, Jean Ziegler culpó del drama a los biocarburantes, a las "políticas aberrantes" del Fondo Monetario Internacional (FMI) y a la especulación.
El experto considera "un crimen contra la humanidad" los biocarburantes El Fondo prima cultivos de exportación frente a los de subsistencia
El Fondo prima cultivos de exportación frente a los de subsistencia
La comparecencia ante los medios de comunicación iba a ser una simple conferencia de despedida y balance de gestión del saliente relator especial de la ONU. Pero el suizo Jean Ziegler la terminó convirtiendo en una incendiaria llamada de atención. El sociólogo y escritor, autor de El imperio de la vergüenza, no dudó en calificar la producción de biocarburantes de "crimen contra la humanidad".
Ziegler tampoco ahorró críticas a organismos como la Organización Mundial del Comercio y acusó a su director, Pascal Lamy, de tener una línea de trabajo, "totalmente contraria a los intereses de los pueblos mártires del hambre, porque son los pagos proteccionistas los que permiten a los campesinos cultivar alimentos". Calificó igualmente al FMI de seguir "políticas aberrantes" por desarrollar cultivos de exportación para reducir la deuda exterior en detrimento de las "agriculturas de subsistencia", y abogó por el fin de los "cultivos coloniales".
Dentro del aluvión de críticas, consideró positivo el "cambio de postura" del director del FMI, Dominique Strauss-Khan, quien ha invitado a los gobiernos "a dar una prioridad absoluta a los cultivos alimenticios".
El suizo lanzó además una llamada urgente a todos los donantes del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU a incrementar sus ayudas, puesto que la subida de precios de los últimos tres meses ha provocado una caída del poder adquisitivo del 40%. Según los expertos, la ayuda adicional debería elevarse a 476 millones de euros. "De este programa dependen 75 millones de personas", recordó antes de proponer "una moratoria total de cinco años sobre la producción de biocarburantes".
En declaraciones a este diario, Ziegler disculpó a los países que optan por la agricultura de exportación: "Lo hacen no por cinismo, sino porque necesitan divisas para poder pagar sus deudas y seguir los dictados aberrantes del FMI". El sociólogo aboga por "reglas más duras, en particular en la comercialización de materias primas. Hay que regular las Bolsas de manera que los especuladores pierdan sus ganas de especular".
El relator, cuyo mandato termina mañana, ha sido elegido para integrar el Comité Consultivo del Consejo de Derechos Humanos. Antes de marcharse subrayó que "la transformación masiva de cultivos en biocarburantes ha provocado la escalada de precios de productos básicos esenciales para la supervivencia de millones de personas".
Según datos de la FAO, Fondo de la ONU para la Agricultura y la Alimentación, en el último año el trigo se ha encarecido un 130%, el arroz un 74%, la soja un 87% y el maíz un 53%. Ziegler subrayó que, "si en Europa una familia dedica un 10% de su presupuesto a la alimentación, en el mundo en desarrollo esa proporción puede llegar al 90%".
El polémico analista destacó los casos trágicos de Gaza y Darfur y advirtió de que "millones de personas pueden morir de hambre en los próximos meses" si no se toman medidas. En un oscuro vaticinio, afirmó que "las revueltas del hambre que han tenido lugar ya en 37 países van a intensificarse, y el número de personas afectadas por la malnutrición va a aumentar en los próximos cinco a seis años".
La atención mundial continúa hoy en Suiza. Ban Ki-moon hará públicas sus conclusiones tras reunirse ayer con los directivos de las 27 agencias. Su objetivo era "elaborar un plan de batalla ante la crisis". Ziegler se mostró escéptico: "No creo que Ban Ki-moon disponga de los medios para enfrentarse a las multinacionales que controlan la producción de biocarburantes", dijo a este periódico.
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