"Tenía pensado jubilarme, pero no me pude resistir"
Amparo Baró (Barcelona, 1937) ha pasado media vida encima de los escenarios -comenzó con ese genio, ya desaparecido, llamado Adolfo Marsillach-, pero el éxito multitudinario le llegó gracias a Sole, su personaje en 7 vidas (Tele 5). Hace casi un año, en mayo pasado, regresó a televisión con El internado (Antena 3) en el papel de Jacinta, la arisca pero bondadosa gobernanta del colegio La Laguna Negra.
Y cuando otros artistas ya piensan en la retirada, ella se encuentra en plena actividad, "es cuestión de genética y no tanto por ejercitar la mente", bromea la actriz en referencia al videojuego de Nintendo Brain Training, que la actriz catalana promocionó. Baró y el resto del reparto, Luis Merlo, Natalia Millán, Elena Furiase o Martín Rivas, entre otros actores, vuelve esta noche (22.15) con nuevos capítulos. La ficción de misterio y suspense de Globomedia se codeará el mismo día y a la misma hora con Hospital Central. La longeva ficción llega hoy también a Tele 5 con la ausencia de uno de sus doctores más insignes: Rodolfo Vilches (Jordi Rebellón).
Pregunta. De la republicana e irónica Sole de 7 vidas a la estricta y perfeccionista Jacinta de El internado. Dos papeles en las antípodas. ¿Fue quizá eso lo que le atrajo para volver a televisión?
Respuesta. Cuando Luis San Narciso, director de casting de 7 vidas, me llamó para ofrecerme el papel de Jacinta no me pude resistir. No lo dudé ni un segundo. Globomedia es para mí como mi casa, y me apetecía pasar de la cómica Sole a la dramática Jacinta.
P. ¿Y qué le gusta de su personaje, Jacinta, la gobernanta de La Laguna Negra y una figura imprescindible para el buen funcionamiento del colegio.
R. Ja, ja, eso dicen, me han cargado de responsabilidad. Lo que pasa es que yo conozco muy bien el colegio, que antes era un orfanato y yo ya trabajaba en él. Y de Jacinta me atrae mucho su capacidad para superar lo malo que le ha pasado en la vida y de defender en lo que cree. En los próximos episodios, mi personaje seguirá tan enigmático y misterioso como siempre, pero en algún momento se conocerán más cosas de su vida.
P. Sí, porque la temporada anterior finalizó con muchos interrogantes. Ahora ¿se resolverán o dejarán a los espectadores con la miel en los labios?
R. Algunos enigmas se descubrirán, pero no puedo adelantar nada de la trama. Ni bajo amenaza. Los guionistas lo guardan todo muy en secreto.
P. El último capítulo fue seguido por más de cuatro millones de personas. Sinceramente, ¿esperaba que El internado tuviera tan buena acogida?
R. El éxito siempre me deja estupefacta y no lo sé calibrar muy bien porque no soy de números. De lo que sí estaba segura es de que El internado tenía calidad de sobra y una cantidad de medios. Parece cine.
P. Pero siempre existe el peligro de que las nuevas temporadas no superen las expectativas.
R. Yo creo que los espectadores van a responder muy bien. La serie le gusta a un amplio espectro de gente, tiene audiencia de todas las edades.
P. La ficción nacional está llena de comedias y tramas costumbristas, El internado, con sus dosis de suspense y misterio, es una excepción.
R. Sí, es una mezcla de géneros porque tiene misterio y magia y también amor. Hay acción y tramas personales, pero sobre todo hay talento; talento en la producción, en la dirección, en los guiones...
P. Hablando de guiones, ¿no cree que son un poco enrevesados?
R. Sí, pero cuando hago algún comentario al respecto, me dicen que los guionistas saben todos los porqués y cómo salir de todos los líos.
P. En el reparto confluyen varias generaciones. ¿Qué le supone a usted trabajar con actores mucho más jóvenes?
R. Me enriquece trabajar con gente joven, me encanta, me llevo muy bien con ellos. Uno de los actores incluso me va a enseñar una llave de artes marciales.
P. ¿Y qué le debe Amparo Baró a 7 vidas y a El internado?
R. A 7 vidas, que era medio teatro medio televisión, le debo haber pasado siete años disfrutando con mi trabajo y de mis compañeros, que se han convertido ya en grandes amigos. Me enseñó mucho y me dolió que finalizara cuando todavía estaba muy arriba. A El internado le debo la posibilidad de volver a divertirme y aprender.
P. Cuando otros actores ya casi están de retirada usted está a pleno rendimiento. ¿Es su naturaleza o que ejercita mucho la mente con el programa Brain Training?
R. Realmente, el Brain Training es espectacular, pero yo creo que es genético. Profesionalmente, he tenido mucha suerte siempre. Cuando terminó 7 vidas pensé: 'Ahora me jubilo y ya está', pero luego me llegó el texto de El internado y no me pude resistir. Y eso que me levanto a las seis de la mañana.
P. ¿Y cómo aguanta?
R. Pues me acuesto pronto y para dormir. Ja, ja.
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