Helmut Kohl, boda a los 78

Ella es doctora en economía, tiene 35 años menos que su prometido y se llama Maike Richter. Él, Helmut Kohl, fue canciller de Alemania entre 1982 y 1998 y cumplió hace unos días los 78 años. El anuncio de su boda en ciernes llegó ayer a toda página del diario Bild.

La "nueva felicidad" del ex canciller quedó empañada por una nota preocupante: junto a la foto de los novios y bajo el anuncio de la boda a cuatro columnas, el subtítulo destacaba que se trata de "planes nupciales desde el hospital".

Kohl sufre las consecuencias de una grave caída en su casa de Ludwigshafen hace siete semanas. Le causó un traumatismo cráneo-encefálico que hubo que operar de urgencia. Según la crónica, Kohl tiene aún dificultades para mantener conversaciones telefónicas. Su estado de salud ha dado pábulo a rumores alarmistas en las últimas semanas, atajados ahora por un anuncio de boda que es además el exhaustivo informe de su recuperación en curso. Viudo desde el suicidio en 2001 de su esposa Hannelore, Kohl ha contado en estas semanas difíciles con la asistencia de Richter, que ha pedido la excedencia laboral para acompañarlo. La relación entre ambos es conocida desde 2005.

El democristiano Kohl se aseguró un sitio en los manuales de historia por su papel en la unificación alemana y la caída del muro. Su larguísimo mandato identificó el fin de siglo alemán. Su aspecto (le valió el sobrenombre de "pera") y sus giros dialectales del Palatinado lo colocaron en el centro de una cultura satírica que culminó en el "Kohl tiene que irse" que lo desbancó en 1998. Pese a esta derrota, su reputación como estadista y artífice de la unificación alemana subía como la espuma hasta el descubrimiento en 1999 de un sistema de financiación ilegal en la Unión Demócrata Cristiana que presidió. El escándalo y el posterior suicidio de Hannelore, que padecía una rara y extrema fotofobia, sumieron al ex canciller en un ánimo oscuro. Según sus allegados, sólo ha logrado sobreponerse gracias a su relación con Richter.