Sir Marks & Spencer
Stuart Rose se queda. Este ejecutivo, hasta ahora consejero delegado de la cadena de centros comerciales Marks & Spencer (M&S), planeaba su marcha en 2009. Sin embargo, prefería quedarse y quería más poder. Finalmente se sale con la suya, como siempre. No dejará el mando de la cadena al menos hasta 2011 y será a partir de junio también su presidente. Desafía así la habitual convención de las empresas británicas, que ponen ambos puestos en manos diferentes. Pero no es extraño. La vida de Rose es una sucesión de desafíos, que le han llevado a tomarse el éxito de M&S como algo personal.
A sus 59 años, tiene fama de dandi. Rasgos duros y una tez blanca heredada de un linaje ruso, que le llega de sus abuelos. Hasta los 11 años estudió en Tanzania y después pasó a escuelas londinenses. Su familia quería que fuera médico, pero en lugar de eso, hoy es la imagen del éxito en los negocios. A sir Stuart Rose, nombrado caballero británico hace unos meses, le encanta posar con modelos de la cadena de ropa y verse en las revistas. De su vida privada prefiere no dar explicaciones, ni de su ex mujer o sus dos hijos veinteañeros.
Lo que sí le encanta contar es su éxito en M&S. En 1972 empezó a trabajar para la cadena de almacenes. Diecisiete años más tarde la dejó para impulsar Burton Group, y después Argos, Booker y Arcadia. En todas consiguió buenos resultados o, al menos, buenos tratos para sus ventas. Después pasó 18 meses en el limbo: con los 15 millones de dólares que le quedaron tras la OPA sobre Arcadia, se dedicó a beber buen vino y practicar su mayor afición: pilotar avionetas. En 2004 se le acabó el respiro. Regresó como una tormenta a los grandes almacenes para que no quedaran en manos de Philip Green. Desde entonces vive para devolver el éxito a la empresa.
Sea por marketing o por ética, Rose sabe ganarse el corazón de los consumidores. El medio ambiente se ha convertido en el gran escaparate de sus buenas obras. Tras ver la película de Al Gore sobre el cambio climático, ideó un plan para convertir a M&S en la empresa británica más ecológica. Meses después, era la firma mejor valorada por su concienciación con el medio ambiente.
Los accionistas no se dejan embaucar tan fácilmente. El anuncio de más poderes en manos de Rose hizo que las acciones cayeran en la Bolsa. "Nunca aseguré que me iría, tampoco que me quedaría, pero mi primera preocupación es el negocio, y tengo que cuidarlo". Stuart Rose considera que es el único que tiene la llave del éxito de M&S.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.