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Alierta podrá seguir de presidente de Telefónica más allá de los 65 años

La compañía emula a BBVA y Santander sobre la jubilación de los consejeros

Ramón Muñoz

Doble rasero para consejeros y empleados. Las empresas más grandes del país han puesto en marcha costosísimos planes de jubilaciones anticipadas para sus empleados. Desde la dirección se les anima a que acepten jugosos planes de prejubilaciones a partir de los 50 años. Curiosamente los mismos máximos directivos que impulsan esos planes eliminan los límites de edad para poder permanecer en sus cargos.

Es el caso del BBVA, cuyo Consejo de Administración acordó elevar la pasada semana de 65 a 70 años la edad máxima de cese o jubilación para el caso de los cargos de presidente o consejero delegado. O el del banco Santander que en 2002 eliminó el límite de 72 años para la jubilación de su presidente. Consecuentemente, Francisco González, de 63 años, podrá prolongar su mandato otros siete, y Emilio Botín, de 73 años, perpetuarse al frente del banco cántabro.

Telefónica ha seguido su ejemplo. La operadora ha eliminado el límite de 65 años que establecían sus estatutos como edad máxima para ser consejeros ejecutivos, y el de 70 años para los miembros del consejo que no tuvieran cargos ejecutivos. A partir de ahora, no habrá ninguna limitación por edad.

La decisión afecta directamente al presidente de la multinacional, César Alierta, que cuenta actualmente con 62 años, al igual que Julio Linares, recientemente nombrado consejero delegado de la compañía.

Cambio de reglamento

La operadora ha introducido esta medida dentro de la modificación del reglamento de su consejo, aprobado el pasado 28 de noviembre, y que incorpora las principales recomendaciones del Código Unificado de Buen Gobierno. Dicho código, una especie de manual de buenas prácticas de gestión, no decía nada acerca de la edad de los consejeros.

El texto del nuevo reglamento señala que "los consejeros ejercerán su cargo durante un plazo de cinco años, y podrán ser reelegidos una o más veces por periodos de igual duración". Asimismo, establece que el cese de su cargo se producirá "cuando haya transcurrido el período para el que fueron nombrados o cuando así lo acuerde la junta general".

Con todo la aprobación de la medida se produce en el momento más dulce de Alierta, desde que accedió a la presidencia de Telefónica en 2000. Bajo su gestión, la operadora ha conseguido encumbrarse como la cuarta compañía de telecomunicaciones del mundo de mayor valor bursátil, la segunda más rentable después de China Mobile, y la multinacional española más respetada, no sólo en el feudo natural de Latinoamérica, sino en Europa, laminando a los monstruos semipúblicos de France Télécom o Deutsche Telekom.

Y, por si fuera poco, los accionistas están más contentos que nunca: la cotización se ha disparado un 40% en lo que va de año, y se paga un dividendo récord de un euro por acción en 2008.

Otras modificaciones introducidas en el nuevo reglamento, estipulan que al menos un tercio de los vocales del consejo deberán ser independientes. En cuanto a las comisiones, modifica la denominación de la Comisión de Recursos Humanos y Reputación Corporativa para incluir el concepto de Responsabilidad Social, y se establece que el presidente de la Comisión de Nombramientos tenga la consideración de independiente, a igual que la mayoría de los vocales que componen.

César Alierta, en la junta de accionistas de Telefónica de 2006.
César Alierta, en la junta de accionistas de Telefónica de 2006.ULY MARTÍN

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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