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Desde el Pacífico
Columna
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¿Puede existir una ciencia ciudadana?

ACABO DE PASAR 48 horas realmente excepcionales con científicos invitados a participar en el SciFoo07 en la sede de Google. La característica más importante es que no había ni estructura visible ni organización previa. Se podía discutir de lo que se quisiera, con quien se quisiera, a la hora que se quisiera. Había tiendas de campaña para quienes se dejaban llevar por el calor de la discusión hasta la madrugada.

Primero nos invitaron a rellenar un inmenso cuadro con los nombres de 14 salas y los horarios. Cada uno podía llenar una o varias de las casillas con el título de la presentación que quería hacer o de la discusión que quería tener. Los temas que se fueron alineando iban de open science a bioterrorismo, el futuro de la salud pública o cómo construir máquinas inteligentes... De esa manera, los temas corresponden exactamente a las preocupaciones y los intereses de los participantes, quienes se pueden poder de acuerdo para seguir en público una conversación empezada por e-mail meses o años atrás. La ausencia de estructura rígida parece alentar una expresión más libre.

PeerToPatent invita al público a participar en las investigaciones previas a la atribución de patentes, porque los funcionarios apenas tienen tiempo.
Los más jóvenes se comportan como investigadores frente al mundo que descubren: hacen experimentos y prueban todo; pero luego "la ciencia deja de ser cool".
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Había muchos británicos (la revista Nature participaba en la organización), un español y dos franceses, entre otros europeos, un venezolano y algunos indios. La proporción de mujeres estaba equilibrada y la gama de edades iba de menores de 30 años al lado de Carl Djerassi, uno de los inventores de la píldora, y el físico Freeman Dyson, ambos de 84 años de edad.

Una de las preguntas que científicos de diversas disciplinas parecen hacerse hoy es: ¿acaso puede existir una ciencia ciudadana? Se manifiesta en la preocupación muy generalizada por la educación científica. Los más jóvenes se comportan como investigadores frente al mundo que descubren: hacen experimentos y prueban todas las soluciones; pero apenas crecen, "la ciencia deja de ser cool". La motivación desaparece. Los medios de comunicación no ayudan. "Ahogan la curiosidad", dijo Rusty Bromley, de la Myelin Repair Foundation, una fundación que se dedica a la investigación de tratamientos para curar la esclerosis en placas. "No alientan a que la gente haga preguntas. Les dicen: 'Confíen en mí".

La mayor dificultad es otra, según Luciano Floridi, filósofo de la información, quien hizo notar que "la mayoría de la gente no habla matemáticas". Y sin las matemáticas no se puede ir muy lejos. Puede ser, contestó otro, pero "los grupos de ayuda mutua para algunas enfermedades miran con desprecio a los médicos cuando son meramente generalistas y saben menos que ellos sobre la enfermedad que les afecta".

No se trata sólo de interés. La noción avanza en la práctica. PeerToPatent es un experimento que invita al público a participar en las investigaciones previas a la atribución de patentes. Según Beth Noveck, una de las animadoras del proyecto, los funcionarios responsables de atribuirlas apenas tienen una veintena de horas para decidir sobre la validez de cada proyecto y ni les dejan usar Internet para conseguir material.

Su asociación se dedica a reunir gente capaz de discutir los pedidos, encontrar los documentos pertinentes, anotarlos y entregarlos a la autoridad competente para que decida con más elementos.

Informar mejor al público e invitarlo a que participe en debates o procesos que llevan a toma de decisiones por las autoridades está cada vez más aceptado. Resulta difícil ir más allá. Somos víctimas de una supuesta contradicción entre democracia y pericia.

En última instancia no es cuestión de pericia. En el corazón del problema se encuentra la dificultad para manejar verdaderas discusiones contradictorias. Por lo mismo, Eric Drexler, uno de los que más hacen para la promoción de la nanotecnología, pidió la creación de un software "que sea tan bueno para representar las controversias como lo puede ser Wikipedia para representar los hechos". Interesante, ¿no? Y apenas era uno de los retos lanzados durante ese fantástico fin de semana.

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