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Fútbol | Sexta jornada de Liga

El equipo de Laudrup disparó en 26 ocasiones

Diego Torres

Luis Milla se llevó las manos a la cabeza unas cuantas veces. El segundo entrenador del Getafe, trajeado en el palco, se pasó la tarde revolviéndose en su asiento. Se frotó la cara, se tapó los ojos, y maldijo los destinos de la pelota. El Getafe había entrenado la definición durante toda la semana, pero a la hora de la verdad, la portería de Casillas esquivó el gol. En 26 ocasiones. Siete disparos fueron a puerta, 12 fuera, dos al palo y otros tuvieron otro destino. Cinco paradas de Casillas y cuatro rechaces salvaron al Madrid de acabar mal el asedio al que fue sometido en el Coliseum. Pudo ganar el Getafe por goleada. Uche tiró siete veces a puerta. Algunas, libre de marca. Pero se quedó sin marcar.

"Guti es el hombre más importante del Madrid", había dicho Milla antes del partido. "Nos vendría bien que cogiera una gripe", bromeó Laudrup. Los deseos de los entrenadores del Getafe se cumplieron. No por enfermedad, sino por imposición de la estrategia de rotaciones de Schuster. El técnico madridista decidió dar descanso a Guti. Mientras el segundo capitán del Madrid estuvo sentado en el banquillo, el Getafe dominó la situación. Llegó con claridad y jugó mejor que el visitante. En la segunda parte, Schuster decidió meter a Guti en el campo. Después de la velada, el técnico aclaró que con el media punta su equipo "mejoró". La conclusión es extraña: los entrenadores de ambos equipos consideran a Guti un hombre fundamental. Pero Guti se pasó una hora sin jugar. Cuando lo hizo, el Madrid se recuperó. No mucho. Lo suficiente para organizar un par de contragolpes peligrosos. En uno de ellos, se decidió el partido.

Robben volvió a ser decisivo. El extremo holandés dio el pase que cambió el partido frente al Betis, en la última jornada. El jueves le dio la pelota a Raúl. Ayer repitió la operación con otro compañero. Esta vez por la derecha. A pierna cambiada. Avanzó en un contragolpe y dejó un balón perfecto para la llegada del nueve en el segundo palo. El nueve no jugaba. Ayer el Madrid jugó sin delantero centro puro. Además, el portador del dorsal, Soldado, no estaba ni convocado. Pero dio igual. En el Madrid hay un futbolista que siempre aparece cuando su equipo se ahoga. Es Sergio Ramos. Ayer hizo las veces de delantero centro. Picó 70 metros y culminó la carrera en el segundo palo de Ustari. Metió el gol y luego se llevó el palo por delante. Otro se habría partido por el medio. Ramos siguió jugando.

"En estos partidos hay que jugársela porque a la mínima haces la diferencia", opinó Ramos antes de irse a la ducha. "Hoy nos hemos incorporado en un contragolpe y hemos podido marcar un gol".

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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