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Análisis:A LA PARRILLA
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Más policías españoles

Tomàs Delclós

Tele 5 debe ser la emisora con más policías españoles en plantilla. A la veteranísima El comisario, se suma ahora el equipo de RIS. Se estrenó el domingo noche. Hay ambición y riesgo. El peligro acecha cuando se parece demasiado a las series que la inspiran, muy particularmente a las CSI que también se ven, con enorme éxito, en Tele 5. Hay trazos que parecen franquiciados y, desde la más pura ignorancia, no nos imaginamos a la Policía española en unos despachos tan guay y con un interfaz tecnológico de los tiempos de Minority report. Tampoco puede ser que se localice quién tiene una dirección de Internet con tanta rapidez y sin ayuda de la operadora.

Pero por encima de estos detalles, hay un reparto muy sólido, que trabaja con eficacia la austeridad expresiva y una producción más generosa de lo habitual, lo que permite elaborar la textura de las imágenes, a veces incluso sobradas de barroquismo.

Lo que siempre me ha parecido más imposible de CSI es la facilidad con que encuentran un pelo, la pista clave, en la desordenada habitación de la víctima. En el capítulo inaugural de RIS también hubo hallazgos fáciles, ¿la suerte de los debutantes?, pero mucho pringue laboral. La chica nueva resolvió un caso no precisamente desde el laboratorio sino haciendo ella misma de anzuelo del asesino. El episodio manejó dos tramas. La subsidiaria trataba de la pederastia en la Iglesia. El padre de la víctima de un cura, a quien la Justicia no pudo castigar, intenta asesinarlo pero mata a otro sacerdote por error. Los RIS cumplen con su obligación y detienen al culpable, pero comprenden la rabia del homicida. Y ahí llega la solución polémica de los guionistas, muy a lo Harry, el sucio. Lo que no hicieron los tribunales, lo hace el poli, saltándose la ley. El jefe, enfermo y cesante, de los RIS liquida al cura. No fue un final muy edificante. Vamos a ver cómo resuelven tener a un jefe tan justiciero como delincuente. ¿Será el malo sorpresa? Para empezar, no está nada mal.

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