El neandertal de Pinilla del Valle usaba mondadientes
Los investigadores hallan en la localidad madrileña dos dientes de un madrileño de hace 63.000 años. Se limpiaba con palillos. Son los primeros restos humanos encontrados en la región en 25 años
Los dos dientes hallados en la cueva de la Buena Pinta hablan de la vida de un neandertal en la sierra madrileña, allá por el Paleolítico Medio. Su cobijo, según las investigaciones de este verano, era el cauce de un río seco techado por la caliza. Vivían en el Abrigo de Navalmaillo, en Pinilla del Valle.
Son dos muelas contiguas, el segundo y el tercer molar, que evidencian que este madrileño, que pisó la región hace 63.400 años, se limpiaba los restos de comida con palillos mondadientes. Unos surcos entre las caras de contacto de estas muelas dan testimonio de sus hábitos de higiene dental.
Juan Luis Arsuaga, catedrático de Paleontología y codirector de las excavaciones de Pinilla del Valle, anunció ayer en Alcalá de Henares que este hallazgo les hace pensar que seguramente sabrán más de este homínido en el yacimiento, "ya que se trata de dos molares de una misma mandíbula. Tenemos esperanzas de encontrar más restos".
En este último mes también se ha hallado un hueso de la pata de un rinoceronte
Los dientes pertenecían a un Homo neanderthalensis de unos treinta años. Con ellos, masticaba la carne de los animales que cocinaba al fuego, en su mayor parte herbívoros: gamos, ciervos, corzos, uros, caballos e incluso rinocerontes. De todos ellos ha encontrado restos fósiles el equipo interdisciplinar de 80 personas que trabaja desde hace seis años en los tres yacimientos de Pinilla del Valle, de los que dos son cubiles de hienas.
Las excavaciones de la campaña de este año, que se inició a mediados de agosto y concluirá el día 15, han permitido al equipo confirmar que en el Abrigo de Navalmaillo vivía un asentamiento de hombres de neandertal. El Abrigo tiene dos niveles superpuestos. En el inferior, los investigadores han encontrado herramientas, que eran empleadas por los neandertales. Este año han confirmado que los restos de dos hogares con 55.000 años de antigüedad, que se encuentran en el nivel inferior del Abrigo, corresponden a fuegos que mantenían aquellos madrileños.
Los expertos destacaron que Pinilla del Valle cuenta con los únicos yacimientos de toda la región en los que se han encontrado huesos de estos homínidos. Hace 25 años que se encontraron los últimos de los que había noticia. Según los investigadores, aquellos restos eran de edad avanzada: tenían 90.000 años.
La datación de las piezas halladas en esta campaña se ha obtenido con estudios geológicos y de la fauna local. Los huesos de un puercoespín encontrado en el mismo nivel que los del homínido, según indica Arsuaga, cuentan que aquélla fue una época cálida de un periodo interglaciar, similar al presente.
"La prueba del carbono 14 no pudo llevarse a cabo en los dientes encontrados este año porque no es válida para muestras con más de 40.000 años de antigüedad, y éstas datan de hace más de 63.00 años", indica Enrique Baquedano, director del Museo Arqueológico Regional y codirector de las excavaciones.
El sondeo de los estratos iniciado en la campaña anterior ha concluido en la presente. Los estudios de este verano han permitido también profundizar en la geomorfología original del lugar. Gracias a ello se ha aclarado la procedencia de la gran acumulación de fósiles, debida a la acción de los carnívoros, especialmente de hienas. Otro importante hallazgo es un cráneo de hiena prácticamente completo.
Los geólogos del equipo han elaborado un modelo digital del terreno que permite definir el paisaje. Según Baquedano, el establecimiento de los hombres de neandertal y de los cubiles de hienas en el valle del Lozoya responde a que las vistas desde los yacimientos son privilegiadas. "Cuando los pastos inferiores se agostaban, los herbívoros ascendían a las montañas desde el Jarama hacia el río Lozoya", cuenta Baquedano. "Desde este asentamiento podían ver a las manadas. De esos animales se alimentaban estos primeros hombres", asegura.
Según los investigadores de Atapuerca, los hombres de neandertal, como nosotros, los Homo sapiens-sapiens, proceden del Homo antecessor, especie descubierta en los yacimientos de la Gran Dolina (Atapuerca) y que pisó la Península hace un millón de años. "El valle del Lozoya bulle de vida", asegura Arsuaga. Insiste en que la mayoría de los restos encontrados en estos yacimientos son de animales. "Y, además, hemos encontrado dos muelas de neandertales", bromea.
Este verano, las excavaciones han obtenido huesos de linces, lobos, ciervos y animales menores. El astrágalo -un hueso de la pata- de un rinoceronte es testigo mudo de la existencia de estos animales en la sierra madrileña. También los osos pardos habitaban los montes. "Encontramos los fósiles de los primeros osos pardos de Europa", cuenta Arsuaga, "lo que tiene importantes aplicaciones en la conservación de estas especies, ya que se emplean datos conseguidos en el yacimiento para ayudar a crear planes de protección de la fauna". Los investigadores confirman la existencia de uros, un animal paleolítico similar a una enorme y pesada vaca.
El equipo se constituyó en 2002 ante las discrepancias en la comunidad científica acerca de la naturaleza de los yacimientos: unos aseguraban que se trataba de asentamientos de homínidos, mientras otros defendían que se trataba de un cubil de hienas. El Yacimiento del Camino, descubierto en 1979 en el talud que dejaron las obras del Canal de Isabel II, fue el punto de partida para las investigaciones actuales.
Los restos de homínidos más antiguos de la región se encontraron en la cueva del Camino, en Pinilla, a principios de los ochenta. También se trataba de dos dientes: un molar y un premolar. Este año, la Comunidad de Madrid ha invertido 132.000 euros en las excavaciones. Más de dos décadas después, los neandertales han vuelto a asomarse por las cuevas de la sierra madrileña con los dientes por delante.
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