La asignatura pendiente: la regulación de las terapias naturales
Era la última promesa sanitaria del programa electoral del PSOE, y va a quedar incumplida esta legislatura. La regulación de las llamadas terapias naturales -un concepto para el que ni siquiera hay una definición clara- va a quedar aparcada para la siguiente legislatura. La falta de un marco común en la UE y los conflictos de intereses (médicos y farmacéuticos están más que recelosos con el asunto) hacen que sea una tarea "compleja", según ha admitido Sanidad en una respuesta parlamentaria.
La consejera de Sanidad catalana, la socialista Marina Geli, ha vivido en carne propia esta complejidad. El Gobierno catalán aprobó en enero un decreto que regula 13 terapias naturales. La normativa fija los requisitos técnicos y la formación específica que deben acreditar los centros y los profesionales que ejercen estas terapias. Por ejemplo, establece que los profesionales con menos de cinco años de experiencia deben someterse a un examen.
El decreto va dirigido sólo a los prácticos -aquellos que carecen de titulación universitaria- y regula la acupuntura y las terapias orientales afines, las terapias con criterios naturistas, las manuales (como el shiatsu) y técnicas como la reflexología podal y el drenaje linfático. Su alcance es amplio: afecta a 5.000 profesionales, 60 escuelas y un total de 3.500 establecimientos.
Decreto paralizado
El proyecto se encuentra, sin embargo, paralizado. El Ministerio de Sanidad presentó un recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) al considerar que los profesionales de las terapias naturales podrían cometer errores de diagnóstico y generar, como corolario, "peligro a la salud de las personas". Y consideran que el decreto autonómico excede las competencias de la comunidad. Unos argumentos que fueron rechazados desde el Gobierno catalán.
El TSJC decidió suspender de forma cautelar una parte sustancial del decreto: cinco de sus artículos y cuatro disposiciones transitorias.
Sólo en Cataluña, un 67% de los pacientes crónicos utilizan alguna terapia natural como la acupuntura, el shiatsu o el quiromasaje. No existe una norma internacional única. En un informe de 2004, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se mostró favorable al uso de terapias naturales siempre que representen un beneficio para el paciente.
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