_
_
_
_
_
Reportaje:Luto en el fútbol mundial

Cuando el milagro se esfumó

Los aficionados se agolparon desde por la mañana en el hospital a la espera de noticias

Reyes Rincón

El último parte médico sobre Antonio Puerta, el que comunicaba oficialmente su muerte, fija a las 14.30 la hora del fallecimiento. Pero ni los médicos ni el club se decidieron a hacerlo público hasta dos horas y media después, cuando la noticia ya se había difundido a través de los medios de comunicación y cientos de aficionados y curiosos se agolpaban a las puertas de la entrada de urgencias del hospital Virgen del Rocío, de Sevilla.

Los seguidores más fieles habían llegado incluso mucho antes, cuando las últimas noticas oficiales de los médicos que atendían al jugador advertían de que se encontraba en situación "muy crítica". "Yo sigo aquí esperando el milagro", decía un aficionado sevillista poco después de las cuatro de la tarde. Había llegado hacía una hora con su hijo, de 12 años, que se secaba las lágrimas con una camiseta blanca del Sevilla con el número 16 de Puerta a la espalda. Aunque las informaciones médicas y las caras de los allegados que entraban y salían del hospital sólo invitaban al pesimismo, muchos seguían aferrados al milagro. Una pancarta que permaneció colgada durante horas a la entrada del hospital llamaba al aliento colectivo: "Tu gol nos cambió la vida. Juntos luchamos por la tuya".

Más información
Muere Antonio Puerta

El representante del futbolista, Jesús Rodríguez de Moya, anunció para las 16.00 una comparecencia ante los medios de comunicación. Salió puntual con la intención de comunicar la noticia, pero se vio abrumado por la marabunta y no pudo más que darse la vuelta y regresar a la zona en la que se encontraba la familia del jugador.

El rumor sólo se convirtió en noticia oficial pasadas las 16.30, cuando la página web y la radio oficial del Sevilla informaron del fallecimiento. El hospital no lo confirmó hasta que, media hora más tarde, difundió el comunicado de la muerte del futbolista. Personas cercanas al jugador señalaron que el desenlace final se había producido algunas horas antes, pero que la dificultad de la familia para encajarlo y los trámites para llevar a cabo la donación de órganos aconsejaron retrasar su difusión.

Con la esperanza del milagro ya perdida, los seguidores siguieron congregándose a las puertas del hospital. Familias enteras vestidas con las mismas camisetas, bufandas y banderas con las que en el último año y medio han celebrado cinco títulos de su equipo; grupos con pancartas improvisadas; algunos, y no pocos, seguidores del Betis ataviados con su equipación.

Uno de los primeros en llegar al centro hospitalario, una vez que el fallecimiento era ya oficial, fue Daniel Alves. Gafas de sol, camiseta y pantalón negro y la mirada fija en el suelo. Era su primera aparición después de que se declarara en rebeldía el pasado lunes y se negara a viajar con sus compañeros a Atenas por las reticencias del Sevilla a venderlo. Todos auguraban que le lloverían los reproches de la afición, pero ayer no era el día. Alves entró cabizbajo y sólo se oyó algún tímido aplauso.

El representante de Puerta compareció por fin a las 18.30 para agradecer en su nombre y en el de la familia del jugador el apoyo de los últimos días. "Querría que ese respeto se mantenga en estas horas que nos quedan para poder despedir el cuerpo de Antonio. Sólo el cuerpo, porque su alma siempre se quedará con nosotros", dijo emocionado Jesús Rodríguez de Moya.

Durante la tarde se sucedieron las visitas de autoridades, amigos de la infancia y compañeros del futbolista en las categorías inferiores del Sevilla. El entrenador del filial, Manolo Jiménez, a cuyas órdenes estuvo Puerta durante varias temporadas, maldecía la suerte del jugador. "Su carrera fue espectacular, pero ojalá se fuera toda al garete a cambio de que siguiera vivo. Justo ahora que iba a conocer lo más bonito: ser padre", afirmó. "Yo, que siempre he sido tan competitivo, que siempre he dicho que hay que darlo todo por ganar, hoy me río del fútbol", reconoció.

La capilla ardiente, en el estadio, se abrió a las doce y media de la noche ante un aluvión de personas que querían despedirse de Puerta.

Aficionados del Sevilla colocan flores y velas encendidas anoche en el estadio Sánchez Pizjuán.
Aficionados del Sevilla colocan flores y velas encendidas anoche en el estadio Sánchez Pizjuán.GARCÍA CORDERO
Una imagen, ayer, de la capilla ardiente de Puerta.
Una imagen, ayer, de la capilla ardiente de Puerta.EFE

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Reyes Rincón
Redactora que cubre la información del Tribunal Supremo, el CGPJ y otras áreas de la justicia. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora de información local en Sevilla, corresponsal en Granada y se ha ocupado de diversas carteras sociales. Es licenciada en Periodismo y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_