El perro y el doble
La gente se creía que lo de llevar una doble vida era un chollo, de ahí el éxito que tuvo al principio Second Life. ¿Cómo renunciar a la posibilidad de crear una versión alternativa de uno mismo? De hecho, las avenidas de ese sitio se llenaron enseguida de gente guapa, dinámica, con un poder adquisitivo que sólo estaba a la altura de su poder de seducción. Los bancos, las grandes firmas de moda, incluso Coca-Cola, se dieron cuenta de que había que estar allí y adquirieron los locales comerciales situados en los mejores barrios. Ahora, apenas unos meses después, todas esas empresas han huido del lugar y el 85% de quienes crearon un doble lo han abandonado porque no podían con él.
PARTICIPE. Puede escribir a Juan José Millás en cerbatanamillas@elpais.es |
Lo del doble es como lo del perro: al principio hace mucha ilusión y todos los miembros de la familia se ofrecen para sacarlo a pasear y darle de comer. Lo difícil es mantener esa ilusión durante toda la vida del animal (o de la tuya). Por eso hay tantos perros y tantos dobles abandonados en medio de las calles. Y es que se es dos cuando no se puede ser uno, nunca al revés. En cualquier caso, lo lógico es que esa gente que dedicó tantas horas a la creación de un álter ego, a la hora de renunciar hubiera renunciado a la versión analógica de sí, que es la más sucia.
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