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Mueren 6.000 pollos asfixiados tras un sabotaje a una granja orensana

Un desconocido estropeó la ventilación y dejó sin aire a las aves

Entre 6.000 y 7.000 pollos que engordaban en unas naves de Pereiro de Aguiar (Ourense) para ser sacrificados y vendidos a la empresa Coren murieron por asfixia el domingo por la noche después de que una persona sin identificar saboteara el sistema de ventilación de la granja. La Guardia Civil busca al culpable del suceso, aunque el responsable de las instalaciones, Avelino Gómez, sospecha de un vecino de la zona que se opone a la actividad de la explotación. Es el tercer sabotaje que sufre la empresa.

Los cables del sistema de ventilación de esta granja de Monterrei, en Pereiro de Aguiar, aparecieron cortados el verano pasado y a principios de éste. En aquellas dos ocasiones, sus responsables se percataron del problema y los cerca de 30.000 pollos que viven en las naves no sufrieron las consencuencias del sabotaje.

El domingo, sin embargo, nadie se dio cuenta. Según Avelino Gómez, gestor de la explotación, cuando abandonó las instalaciones pasadas las ocho y media de la tarde, los aparatos que introducen aire fresco en el interior del complejo funcionaban correctamente. Este sistema se utiliza sólo en verano, cuando aprieta el calor, y si se pone en marcha se cierran las ventanas. A tenor de la versión de Gómez, alguien entró en la granja un par de horas después de que él se fuera y cortó las correas de ventilación. Por la mañana, el propietario de la granja encontró muertos a más de 6.000 de los casi 30.000 pollos que allí engordaban. Las aves fallecieron porque el único aire que entraba en la explotación lo hacía por los conductos que los autores del sabotaje habían estropeado.

La Guardia Civil de Esgos acudió a la granja para buscar algún indicio que les ayude a identificar a los culpables de la muerte de los pollos. Según relata el propietario de las naves, los agentes le advirtieron que era imposible recoger huellas debido a la cantidad de polvo que acumulan las naves. Avelino Gómez tiene sus propias sospechas sobre la identidad del saboteador. Desconfía de un vecino de la zona que "ha manifestado públicamente" su oposición al funcionamiento de la explotación avícola. El responsable de la granja orensana calcula que el suceso le ha supuesto unas pérdidas que rondan los 20.000 euros, entre el valor de las aves y de la maquinaria que ha sufrido desperfectos.

Los miles de pollos que han muerto asfixiados en Pereiro de Aguiar pesaban ya unos dos kilos y medio y estaban a punto de ser enviados al matadero. Entre este jueves y el domingo estaba previsto que las aves abandonaran la explotación. La granja, que en sus 2.350 metros cuadrados cría a casi 30.000 pollos, surte de estos animales a la empresa gallega Coren.

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