Fabulosa jugada

Estudio de A. Troitzky.

Nóvoye Vremia, 1898.

El lector hará bien en tapar las jugadas para intentar encontrarlas por sí mismo. Su éxito es improbable, pero esa búsqueda producirá un aumento de placer cuando vea la impresionante solución. La idea obvia (1 Tf4) no funciona porque la torre corta en esa casilla la acción del alfil sobre el peón de e3; por tanto, bastaría que la torre negra se moviese por la segunda fila para avanzar después el peón a e2, ganando. Se puede dar una pista -recuerde el lector que el final de torre y rey contra torre, alfil y rey, sin peones, es tablas- pero ayudará poco a encontrar la idea maravillosa: 1 Th1!, Te1 2 Tf1!! (esta fabulosa jugada merece, en realidad, más de dos signos de admiración, aunque las normas de la notación ajedrecística pongan el límite en dos; la clave del sacrificio está en que la torre negra no podrá marcharse nunca de f1 dando jaque, porque se lo impedirá su propio monarca; y como el peón de f2 es imprescindible para ganar, tendrá que permanecer en f1 hasta que el rey negro acuda en su socorro; por otro lado, las blancas amenazan ahora tomar en e3, de modo que la captura en f1 es forzada) 2... T - f1 3 A - e3, Rb2 4 Rb4 (única: el rey blanco debe no sólo evitar que la torre le dé jaque, sino también que el rey negro ataque al alfil, con la consiguiente ganancia decisiva de tiempo; por ejemplo: 4 Rb5? Rc3 5 Rc6 Rd3, ganando) 4... Rc2 5 Rc4, Rd1 6 Rd3, Re1 (bien, las negras están listas para liberar la torre, y ganar así la partida, pero las blancas disponen aún del cartucho salvador) 7 Ad2+, Rd1 8 Ae3!, Re1 9 Ad2+, tablas. Correspondencia: ajedrez@elpais.es