_
_
_
_
_
La llegada de la alta velocidad a Barcelona

Una entente para una obra decisiva

El túnel del Tren de Alta Velocidad (AVE) a su paso por el Eixample no lo construirá la Generalitat. Ni el Ayuntamiento. El trazado lo ha decidido el Gobierno central y es el Ministerio de Fomento el que lo promueve. Muchas entidades de vecinos, por temor a males mayores, han defendido la alternativa de que pase por el litoral. Y han reclamado en la ventanilla del Ayuntamiento.

El Ayuntamiento llegó a postular al principio que el AVE evitara el centro de la ciudad y pasara por el litoral. Pero el Gobierno central decantó el asunto: entraría en la ciudad por Sants y, por tanto, debía seguir hacia el norte cruzando el Eixample. El municipio decidió entonces que si la entrada era por Sants tenía sentido que el AVE discurriera por el Eixample. CiU sigue defendiendo que salve Barcelona y pase por el Vallès.

A veces ha habido acuerdos sobre infraestructuras en Barcelona y a veces no. En los Juegos Olímpicos de 1992, cuyas obras transformaron la ciudad, hubo una entente ejemplar entre el Ayuntamiento, el Gobierno central, la Generalitat y sectores de la sociedad civil.

Salvando las distancias, no ocurrió lo mismo con el plan Cerdà, en 1859, del ingeniero Ildefons Cerdà. La ciudad acababa de tirar sus murallas para crecer. El Ayuntamiento convocó un concurso y ungió como ganador el arquitecto Antoni Rovira i Trias. Pero el Gobierno central encargó otro a Cerdà y lo impuso por decreto. Los higienistas de Cerdà triunfaron y pasado el tiempo nadie discutió un plan visionario y futurista que transformó y modernizó de forma radical la ciudad.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_