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EXPERIENCIAS

Ximo rompe códigos en Microsoft por encargo

Ferran Bono

Ximo Guanter se pasa las vacaciones trabajando. Y está encantado. Cogió sus cosas el sábado y se fue al cuartel general de Microsoft, tras el último examen de cuarto de Informática. En Redmond (Estados Unidos) pone a prueba XPS, el nuevo producto de la multinacional, alternativa al formato pdf. Por segundo año el joven de 22 años ha recibido una beca de Microsoft, sin cursar el último año de carrera en la Politécnica de Valencia. Años antes ya había superado las complejas pruebas de la empresa, pero ésta, al percatarse de que era demasiado joven, le pidió paciencia y le guardó la plaza. Un caso singular entre las 30 lumbreras informáticas elegidas en Europa, Oriente Medio y África. Entre ellos, Ximo y dos españoles más, Miguel Llopis y Marta Luis. Los tres colaboran en el blog Un verano en Microsoft, de Elpais.com.

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UN VERANO EN MICROSOFT:

Ximo es el único que repite, además, como tester, probador y examinador de productos. Hay otras dos funciones designadas a los becarios: desarrollar programas y diseñar aplicaciones. "Yo me dedico a verificar las tecnologías, intento romper los códigos y encontrar los fallos. Lo llaman breakcodes. El pasado año fui a probar la tecnología del XPS incluida en el Windows Vista y, este año, trabajo con el mismo grupo y con la misma tecnología, alternativa al formato PDF, pero ahora en un programa API orientado a usuarios y programadores para que puedan crear sus propios archivos", explica el estudiante valenciano.

Lejos quedan sus primeros pinitos con el Spectrum y sus manipulaciones del ordenador de sus padres o de sus amigos. Recuerda los apuros que pasó cuando, siendo un crío, destripó el ordenador de un colega en Luxemburgo, donde trabajaba su padre como funcionario europeo. "Menos mal que al final lo pude arreglar y montar de nuevo", comenta divertido. Una afición que ha marcado su vida. Lo que más le tira es romper códigos. "Tiene mucha miga. Sin desmerecer a los demás, porque crear un código y que no falle es muy difícil, me atrae mucho ponerme en el lugar del creador, probar su código y ver dónde ha podido fallar y qué se ha podido olvidar".

El trabajo es el principal atractivo para pasar de las vacaciones convencionales, pero también cuenta mucho el ambiente y las condiciones de vida que se encuentra en Redmond. "En el campus, como se llama a la ciudad de Microsoft, trabajan más de 30.000 personas. Hay gente de todo el mundo, sobre todo asiáticos. Tengo un compañero polaco, su jefe es sudafricano y el mío, búlgaro. Al principio, lo que más me sorprendió fue la libertad que te dan. Nunca tienes un jefe mirando por encima y controlándote. Lo que cuenta es el resultado y, sobre todo, la capacidad de aprendizaje. Hay cursos de formación y perfeccionamiento continuos en el mismo campus. Eres becario, pero no haces fotocopias ni cafés. Recién llegado, probé como usuario un programa y escribí un email al grupo de trabajo comentando lo que no me gustaba. En seguida recibí la contestación preguntándome por mi opinión, por lo que cambiaría... Aunque la gente está muy preparada y es muy lista, nadie se corta a la hora de hacer preguntas", explica Ximo en Valencia, poco antes de iniciar su viaje a Seattle.

Le acompaña su novia, Elena Hernández, como el pasado verano, si bien en esta ocasión, Microsoft le ha pagado el viaje. "A Ximo, además, le subvencionan la casa, cerca del campus, y el alquiler del coche y le regalan una bici", comenta Elena, estudiante de arquitectura, que destaca el buen ambiente creado por la empresa para captar a talentos. "Los jefes son accesibles. El pasado año Bill Gates ofreció una barbacoa a los becarios en su casa, aunque llegamos tarde. Y con Steve Ballmer, el jefe ahora de Microsoft, tuvimos una reunión los 30 becarios y le pudimos hacer preguntas de todo tipo", interviene Ximo, al que le gustaría especializarse en inteligencia artificial.

En las oficinas hay mesas de ping pong, consolas y diversos juegos para relajar al personal y volver al tajo con renovada energía. ¿Es un modo de trabajar mucho más en la oficina, que está abierta 24 horas, incluso los fines de semana? "Creo que no, porque el horario es totalmente flexible, y nadie te dice lo que tienes que trabajar. En Redmond se bromea diciendo que la empresa trata mejor a los becarios (que tenemos un buen salario) que a los trabajadores, que ya han firmado su contrato", apunta sonriendo Ximo. Al joven informático no le importaría rubricar ese contrato, cuando concluya la carrera.

Ximo Guanter, en Valencia, días antes de partir hacia el cuartel general de la multinacional, por segundo año consecutivo.
Ximo Guanter, en Valencia, días antes de partir hacia el cuartel general de la multinacional, por segundo año consecutivo.JESÚS CISCAR
Ximo y Elena vivirán este verano en Redmond.
Ximo y Elena vivirán este verano en Redmond.JESÚS CISCAR

Marta se dedica al software y Miguel, al interfaz

Marta Luis y Miguel Llopis también han sido becados por Microsoft este año. La primera, una pamplonesa que vive en Castellón, donde cursa quinto de Informática en la universidad Jaume I, ha sido seleccionada como diseñadora de software. Se presentó a las pruebas porque un amigo le comentó que cumplía los requisitos, incluido un completo dominio del inglés. "La verdad es que siento algo de vértigo y emoción. Sin experiencia, trabajar en Microsoft es una gran oportunidad". Miguel Llopis también acaba la carrera este año en la Universidad de Alicante (UA). Trabajará de tester "de probador de equipos para generar herramientas que crean interfaces", explica.

El llevaba unos años colaborando en un grupo de estudiantes de la UA, club.net, patrocinados por Microsoft. Le interesa mucho "aprender a trabajar en la dinámica de grupo" que ofrece la empresa y la experiencia del campus de Redmond, tanto a nivel tecnológico como humano y sociocultural. De todo esto va el blog de elpais.com en el que colaboran los tres estudiantes españoles, becados por Microsof.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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