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Reportaje:

Desembarco británico

Tras la compra de Alsa y Continental Auto, National Express se prepara para el ferrocarril

National Express, la compañía británica que adquirió Alsa a la familia Cosmen y que acaba de comprar Continental Auto a la constructora ACS, quiere seguir consolidando y ampliando sus posiciones en el mercado español de transporte de viajeros por carretera, y se prepara para dar el salto a la explotación de los viajes por ferrocarril en cuanto éstos sean liberalizados, a partir de 2009. ACS compró Continental Auto a finales de 1999 y ha conseguido con esta operación unas plusvalías antes de impuestos de 510,5 millones de euros.

La suma de Alsa y Continental Auto supone una flota de 2.100 vehículos, con los que transportan más de 143 millones de pasajeros al año
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Esta semana se ha deshojado la margarita de la venta de Continental Auto, la compañía de transporte de pasajeros por carretera propiedad de la constructora ACS. Según fuentes de la negociación, un órdago lanzado a última hora por National Express, primera empresa del sector en España tras la compra de Alsa a finales de 2005, poniendo sobre la mesa más de 700 millones de euros ha servido para derrotar a la firma de capital riesgo 3i, que, con 650 millones, ha sido el contrincante que más lejos había llegado en la carrera controlada por Florentino Pérez, presidente de ACS.

El tercer finalista que se ha quedado también sobre la mesa del banco de inversiones Lazard, entidad encargada por Pérez de valorar las ofertas, ha sido Doughty Hanson, firma también británica de capital riesgo que a mediados del pasado mes de diciembre adquiría el 100% del Grupo Avanza por 660 millones de euros, y que en esta ocasión no ha querido superar los 625 millones de euros.

Florentino Pérez llega así a la junta de accionistas de ACS que se celebra el próximo 11 de mayo con una valoración de Continental Auto de 701,6 millones de euros y 510,6 millones de plusvalías obtenidos con la venta de una compañía no estratégica que adquirió en 1999 a las familias Torrego y Batuecas. Unas plusvalías que suponen un importante respaldo en su proceso de incorporación al sector eléctrico a través de Unión Fenosa e Iberdrola, aunque a algunos analistas no les extrañaría que tratase también de incorporarse al club de socios aspirantes a la compra de Iberia.

Según fuentes de la negociación, las prisas y las exigencias de Florentino Pérez respecto a la liquidez del acuerdo se han visto suavizadas ante el montante de la operación, para la que ha conseguido un "aval a primer requerimiento" que no sólo supone una gran liquidez, sino que deja en el tejado de los compradores la pelota de las dificultades que puedan plantear los responsables de Defensa de la Competencia.

Según Richard Bowker, consejero delegado de National Express, cuyo primer accionista es la familia Cosmen -European Express Enterprises- con el 15% del capital, "la complementariedad de ambas redes no planteará problemas en ese sentido"; sin embargo, todo parece indicar que la operación pondrá de nuevo sobre el tapete las diferencias que han mantenido al respecto los ministerios de Fomento y Economía.

El primero es titular de la red de servicios regulares de transporte de pasajeros, compuesta por 108 concesiones que prestan 79 compañías. El segundo es el encargado de vigilar los procesos de concentración de empresas para evitar irregularidades y distorsiones en el mercado.

Así, mientras fuentes de Fomento destacan que no hay competencia en un mercado regulado por un régimen de servicio público a través de un sistema de concesiones, en el Tribunal de la Competencia destacan que cualquier operación de este tipo deberá someterse a las limitaciones que impone la Ley de Defensa de la Competencia respecto a la cuota de mercado alcanzada y al incremento de las ventas globales en España.

En opinión de Fomento, hay que sustituir la "competencia en el mercado" por la "competencia por el mercado" que se pone de manifiesto al optar a las concesiones de explotación. No vieron con buenos ojos las condiciones impuestas a Alsa tras el proceso de privatización de Enatcar, limitando temporalmente las posibilidades de presentarse a nuevas concesiones. Se da el caso, además, de que otra de las condiciones aplicadas fue el desprendimiento de la línea Madrid-Bilbao, que pasó a manos de Continental Auto y que volvería de nuevo a la red de Alsa.

La suma de Alsa y Continental, que mantendrán de momento sus marcas y su plantilla, supone una flota de 2.100 vehículos, con la que transportarán más de 143 millones de pasajeros.

Pero en el Tribunal de Defensa de la Competencia son tozudos en sus planteamientos, y así lo han hecho notar en sus últimas disposiciones sobre el también régimen de concesiones de la explotación de las autopistas de peaje.

Casualmente, esta misma semana el Ministerio de Fomento ha firmado un "protocolo para establecer los criterios para la renovación mediante concurso de las concesiones de transporte regular de viajeros por carretera".

Un protocolo en el que se endurecen las condiciones de las concesiones actuales, cuyos plazos empiezan a expirar este año. Entre ellas destaca la reducción a unos ocho años del periodo de explotación, que actualmente es casi el doble. Las exigencias de calidad en el servicio y las tarifas van a obligar a "afilar los lápices" a las empresas que aspiren a adjudicarse las nuevas concesiones, según fuentes de Fomento, y es posible que haya "cambios importantes en el reparto actual".

Las prórrogas casi automáticas que se realizaban hasta ahora van a desaparecer, y los titulares actuales tendrán que defender con uñas y dientes sus posiciones. Además, la competencia "por el mercado" a la hora de acceder a una concesión no se limitará a los aspectos económicos, junto a la calidad en el servicio se tendrán en cuenta también las medidas de carácter medioambiental, entre otras.

Todo parece indicar, por tanto, que junto al acortamiento de los periodos de explotación, los márgenes comerciales se van a estrechar considerablemente, algo que no parece preocupar al consejero delegado de National Express, a pesar de que la mayor parte de las concesiones que disfruta Continental Auto finalizan a partir de 2013.

Y es que, según Richard Bowker, España va a seguir siendo uno de los mercados europeos con mayor crecimiento, -en torno al 5% anual-, por lo que sus planes de expansión no se limitan a tratar de renovar las concesiones actuales, sino a tratar de arrebatar nuevas rutas a sus competidores en los próximos concursos.

Todo ello con la vista puesta en la liberalización del transporte de pasajeros por ferrocarril, actualmente controlado por Renfe, que podría iniciarse a partir de 2009 y donde National Express podría rentabilizar toda su experiencia en mercados como el del Reino Unido, donde dispone de una posición privilegiada.

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