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Reportaje:

Con la plaza a vueltas

La reforma del corazón de Vitoria será limitada y mantendrá el monumento que ocupa el centro de la Virgen Blanca

La reforma parcial de la plaza de la Virgen Blanca de Vitoria comenzará después de las fiestas en honor de la patrona, pero la renovación del corazón de la capital alavesa será bastante light, al verse condicionado el proyecto original por la opinión de los menos de mil vecinos que participaron en la consulta abierta por el Ayuntamiento. El alcalde de Vitoria, Alfonso Alonso, ha ido rebajando el calado de la reforma planteada en el corazón de la ciudad ante a las presiones de ciertas fuerzas vivas y frente a la opinión de expertos como los responsables del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco Navarro (COAVN) en Álava o los propios técnicos municipales, que abogaban por un cambio radical. Lo curioso es que, al final, el cambio más solicitado, la retirada del monumento a la Batalla de Vitoria del centro de la plaza, no se llevará a efecto

Se ha descartado el cambio más requerido por los expertos y los vecinos consultados

En principio, Alonso apostó por una renovación radical del aspecto del salón de la ciudad, el lugar que acoge las principales convocatorias masivas. Puso en marcha un concurso de ideas, con una respuesta exigua y una calidad decepcionante: tres firmas presentaron sus proyectos, que no pasaron el examen de los técnicos municipales. Entonces, el alcalde encargó al arquitecto paisajista del Ayuntamiento, Eduardo Rojo, y el jefe del servicio de Arquitectura, Carlos Ibarlucea, que buscaran una solución para este espacio urbano.

El resultado satisfizo a los expertos, mientras provocaba cierto revuelo entre algunos sectores ante la modernidad de la propuesta. Las respuestas de los únicos 894 vecinos que participaron en la consulta abierta por el alcalde han llevado a una transformación del proyecto de los arquitectos municipales. Rojo e Ibarlucea diseñaron un espacio diáfano que permitiese la celebración de grandes acontecimientos con una asistencia masiva de personas, como la bajada del Celedón. Su propuesta incluía su cierre al tráfico, con un carril para el transporte público, y la ambientación del resto del espacio con jardineras móviles, además de fuentes luminosas y farolas de diseño.

Al final, las opiniones de ese millar escaso de vecinos han llevado al alcalde a pedir que se incluyan bancos, se reduzca el número de fuentes a la mitad y se incorporen zonas verdes, desterradas por el proyecto de Rojo e Ibarlucea. Es decir, una transformación sustancial de su propuesta. "El problema es que el proceso se ha orientado mal desde el principio; nosotros ya pedimos que se convocara un concurso de ideas entre arquitectos de prestigio, como la mejor forma de evitar disputas públicas", explica Ángel Luis Bellido, presidente de la delegación alavesa del COAVN.

Buena parte de los arquitectos alaveses ya habían mostrado su preocupación por las injerencias populistas en la redacción del proyecto. La mayoría de los expertos abogan por dejar exento todo el espacio y retirar el monumento. Y esta es también la opinión mayoritaria expresada por quienes participaron en la consulta. Pero da miedo tocarlo y el alcalde ha estimado que al monumento no le ha llegado todavía su momento. "Mis ojos no verán una reforma integral de la plaza; no hay grupo político que se atreva a tomar esa decisión; en mi opinión, más que necesaria", afirma Ángel Bellido.

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