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La Reina premia a Santiago y Lugo por su accesibilidad

"Queremos hacer la mejor ciudad para vivir, tanto para nuestros vecinos como para los que nos visitan". Así recibió ayer el alcalde Xosé Sánchez Bugallo (PSOE), el premio que ha recibido la ciudad de Santiago de Compostela por ser cada vez de mayor accesibilidad para los discapacitados, sean físicos, psíquicos o sensoriales. Esta ciudad fue una de las galardonadas, en el apartado de las de más de 100.000 habitantes, por los Premios Reina Sofía de Accesibilidad y Prevención de la Discapacidad 2006. Sánchez Bugallo recibió el premio, una sencilla moneda de plata, de manos de Doña Sofía, que estuvo acompañada en la mesa presidencial del Palacio de la Zarzuela de Madrid por la secretaria de Estado de Servicios Sociales, Amparo Valcarce, y el presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra.

El alcalde de Santiago remarcó las dificultades de introducir modificaciones en una ciudad que, aunque es en gran parte peatonal, "es Patrimonio de la Humanidad, donde hay que alterar estructuras de gran carácter monumental". Sánchez Bugallo comentó que en próximas semanas se reunirá para celebrarlo con las organizaciones sociales de la ciudad, "sin cuya colaboración" este premio no habría sido posible. Citó entre ellas la Confederación Galega de Minusválidos (Cogami), la Asociación de Minusválidos Composteláns (Amico) o la federación Provincial de Minusválidos de A Coruña (Fepromico), entre otras. "Es posible que les hagamos unas copias de la medalla para poder compartir mejor el premio con ellas", comentó una vez finalizado el acto.

Seguir el trabajo

La ciudad de Lugo también resultó premiada, en el apartado de ciudades de entre 10.000 y 100.000 habitantes. Su alcalde, José López Orozco (PSOE), también mencionó a las organizaciones de afectados, que "continuamente están llamando a la puerta de los derechos", de forma que los responsables públicos se vean "impelidos a seguir con este trabajo". "Queremos hacer una ciudad en la que todos sus vecinos sean felices", dijo López Orozco, "que es al fin y al cabo para lo que hemos nacido".

Otras dos villas resultaron galardonadas ayer. Ribadesella (Asturias) y Fontanar (Guadalajara), compartieron el galardón a poblaciones de menos de 10.000 habitantes. El alcalde de la primera, José Miranda (PP), recordó que la suya es una villa "turística y marítima", de ahí que parte de los esfuerzos de accesibilidad hayan ido encaminados a las zonas de playas y el paseo marítimo. "Habría sido imposible si no fuera porque se ha involucrado todo el pueblo", reconoció, "de forma que trabajemos para que las barreras sean cada vez más un recuerdo del pasado".

José Andrés Sánchez Lara (PSOE), alcalde de Fontanar, una villa de casi 1.500 habitantes, destacó que su pueblo, a unos 12 kilómetros al norte de Guadalajara, "es pequeño y no tiene ni historia ni monumentos". A pesar de ello, ya llevan gastados, desde 2003, más de 147.000 euros en obras para mejorar la accesibilidad.

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