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Indra levantará una segunda torre junto a su nueva sede en el 22@

El grupo duplica su tamaño en Cataluña, donde suma ya 2.000 empleos, tras sus últimas compras

El paisaje urbano del distrito tecnológico 22@ incluirá a partir de 2009 dos torres gemelas en forma de láminas rectangulares de paredes acristaladas, conectadas entre sí por un pasadizo. Una de ellas ya está en pie, aunque todavía no ha sido inaugurada oficialmente, y acoge desde hace apenas dos meses la sede corporativa de la que se ha convertido en la mayor empresa de tecnologías de la información de Cataluña por número de empleados, Indra.

La multinacional española, que acaba de trasladar a su millar de trabajadores en Cataluña a la primera torre, situada junto a la antigua fábrica de Ca l'Aranyó, ha llegado a un acuerdo con el grupo constructor Castellví para que levante un nuevo edificio de similar figura y dimensiones, a pocos metros de la primera.

Indra ha destruido 14 toneladas de papel en su traslado al 22@. Sólo el director tiene despacho

El motivo del encargo: Indra necesita espacio, ya que prácticamente duplicará su tamaño en Cataluña a raíz de dos operaciones corporativas que la compañía presidida por Javier Monzón ha cerrado recientemente. De pronto, Indra cuenta en la comunidad catalana con 2.000 personas, frente a las 1.100 de hasta ahora, el 78% de las cuales son de elevada cualificación, y la facturación ya es de 172 millones de euros.

La primera operación ha sido la compra a la Corporación IBV de Azertia, compañía de tecnologías de la información. El importe de la adquisición ha ascendido a 118,8 millones de euros.

La segunda gran operación ha sido un acuerdo con Unión Fenosa para integrar en Indra el negocio de consultoría, proyectos y servicios informáticos y seguridad de su filial Soluziona. Esta operación le ha permitido adelantar cuatro años las previsiones de crecimiento de la empresa, cuya facturación para este año rondará los 2.000 millones de euros.

Indra aumenta un 50% su tamaño y, según el Servicio de Defensa de la Competencia, tras ambas operaciones se consolida en el primer puesto del mercado español de servicios de tecnología de la información, con el 12,5% de cuota, seguida por IBM y Accenture. Pero en Cataluña, por la considerable implantación de Azertia y Soluziona, el tamaño se duplica.

"El acuerdo con Castellví, que ya se ocupó de la primera torre, pasa por construir el edificio a nuestro gusto y de acuerdo con nuestras necesidades, a cambio de un alquiler a largo plazo, porque nuestro compromiso con Cataluña está claro", explica Josep Maria Vilà, director general de Indra, en una sala de reuniones de la planta 12ª de la actual sede, desde la que se contemplan vistas inéditas de las colmenas de Diagonal Mar. La torre negra tiene 14 pisos, cuenta con una superficie de 10.375 metros cuadrados y su diseño se debe a b72 Arquitectos, en colaboración con el estudio Rubio & Álvarez-Sala.

Dentro, además del silencio de biblioteca lo que más llama la atención es la inexistencia de papeles sobre las mesas. No es casualidad. Cuando llega una carta, se digitaliza de inmediato en las máquinas de cada rincón. "Aquí ya no se pueden guardar papeles, en el traslado tuvimos que destruir 14 toneladas de ellos", explica Vilà.

Indra ha hecho de la nueva sede en Barcelona un laboratorio para experimentar nuevas formas de trabajo, combinando tecnología, una organización del trabajo basada en la movilidad y salas y espacios de trabajo de todos y de nadie, y que sólo se usan en función los usos previstos para ellos. Los directivos no tienen despacho (salvo un cubículo que ocupa el director general). Los empleados no tienen mesa. Sólo una taquilla, un código útil para todos los teléfonos, una tarjeta monedero y un manual de instrucción del edificio. Si el experimento sale bien, Barcelona lo exportará al resto de la compañía.

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