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Columna
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Cosas

Juan José Millás

En la mesa de al lado un tipo intentaba convencer a otro de que los llamados embarazos histéricos podrían ser en realidad embarazos de personas invisibles que se malograban por culpa de la intervención médica. El interlocutor asentía gravemente mientras desmigaba su barrita de pan. Supuse que eran dos empleados de una de las empresas cercanas que comían juntos de forma habitual. Me fascinó la idea de que el mundo estuviese poblado también por gente invisible, individuos como usted y como yo cuya única particularidad consistía en que no se dejaban ver. Tendrían sus consultorios médicos invisibles y sus puestos de trabajo invisibles y sus relaciones sexuales invisibles y sus manías invisibles...

Lo normal, continuó el hombre, es que los bebés invisibles nazcan de mujeres invisibles, aunque de vez en cuando, por un error de la naturaleza o por un cruce de dimensiones, no sé, podría darse el caso de que una mujer visible se quedara embarazada de un niño invisible, lo que, a falta de otra explicación, calificamos de embarazo histérico. A la pregunta de si podría suceder también lo contrario, respondió que tal vez esos niños abandonados en los contenedores de la basura o en los portales de las casas pertenecieran a madres invisibles que no sabían qué hacer con ellos. Para una madre invisible, concluyó, tiene que ser tan duro parir un hijo visible como para una visible uno invisible. A ver, cómo cuidas a un niño invisible. ¿Cómo sabes dónde está en cada momento, dónde tiene la boca, las manos, el pecho? O el culo, dijo el otro.

Presté más atención, para ver si hablaban en broma, pero el gesto de los dos hombres era de seriedad. Uno comía bacalao a la brasa y el otro filete con patatas, las dos sugerencias del menú del día. Yo había pedido unos canelones. Cuando llegó el café, el más hablador de los dos confesó que todo aquello venía a cuento de que a su mujer le habían diagnosticado un embarazo psicológico. Y no nos resignamos, añadió, porque tiene los mismos síntomas que mi cuñada, que dicen que está embarazada de verdad. Si os podemos ayudar en algo..., se ofreció el compañero. Gracias, pero esto lo tenemos que resolver solos. Pidieron la cuenta, pagaron y eso fue todo.

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Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

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