Leon Niemczyk, actor

El actor Leon Niemczyk, que alcanzó gran popularidad entre los cinéfilos gracias a su papel protagonista en El cuchillo en el agua, de Roman Polanski, murió el 29 de noviembre, a los 82 años. Niemczyk trabajó con muchos de los grandes directores polacos a lo largo de varias décadas, especializado en personajes secundarios, y realizó también varias incursiones en el cine internacional. Más de 200 películas filmadas en su país avalan la trayectoria de un excelente actor de reparto, un intérprete hondo y ecléctico, de firme mirada y poderosa presencia, que mostró su amor hacia su profesión trabajando casi hasta el fin de su vida. Este mismo año, consciente del estado terminal de su enfermedad, se puso a las órdenes de David Lynch en su aún inédita Island Empire.

Leon Niemczyk nació en Varsovia en 1923 y con poco más de 20 años participó en el levantamiento de la ciudad contra el nazismo, lo que le valió padecer una serie de duras represalias. Después de la guerra sirvió brevemente para el ejército estadounidense en Alemania, antes de regresar a la Polonia comunista. Más tarde, intentó de modo fallido escapar del país gobernado por Edward Gierek y llegó incluso a ser encarcelado, pero siempre se mostró sumamente crítico con el régimen comunista, lo que sirvió para que la Administración polaca lo marcase con un veto en sus producciones oficiales que lo apartó durante años de los papeles protagonistas. Nunca fue Niemczyk un hombre acomodaticio y expresó sus opiniones, en ocasiones virulentas, contra todo tipo de autoritarismos.

Antes de su revelación a las órdenes de Polanski, Niemczyk, actor de formación sólida y académica, ya había interpretado 20 películas, desde su debut en 1954 con Celuloza, dirigida por el enfant terrible Jerzy Kawalerowicz. Sin embargo, justo es reconocer que fue El cuchillo en el agua (1962) la que le reportó fama internacional; un filme tenso y oscuro, ideal para su refinamiento interpretativo, en el que tres únicos personajes se enfrentan a bordo de un yate en un duelo de humillaciones y absurdos. Su talento para encarnar al aburrido y ambicioso Andrzej impactó a los aficionados de todo el mundo. Más tarde, el ya mencionado enfrentamiento con el régimen comunista polaco limitó sus aspiraciones artísticas, aunque su actitud estajanovista ante el trabajo no cesara jamás, y le llevó a trabajar ocasionalmente en el cine alemán, donde interpretó, entre otros, un western de culto, Apachen (1973), dirigido por Gottfried Kolditzzyk.

Los últimos veinte años trabajaría en numerosas series televisivas y en filmes internacionales de todo tipo, entre los que se debe recordar La isla de Birdan Street (1997), del danés Søren Kragh-Jacobsen, luego adscrito al Movimiento Dogma.