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Reportaje:

Cineuropa quiere ser grande

El certamen compostelano aspira a convertirse en el mejor festival gallego

El mes de noviembre toca a su fin y con él termina también Cineuropa, la cita que esperan los cinéfilos de Santiago durante todo el año. El festival ha celebrado en esta edición su 20º aniversario respetando lo que han sido sus señas de identidad durante dos décadas: mostrar películas que llegan con dificultades a las salas comerciales de la ciudad y explorar territorios cinematográficos casi vírgenes. Pero alcanzada la mayoría de edad, el certamen afronta ahora un nuevo reto. José Luis Losa, director de Cineuropa y responsable de la selección de las películas, cree que ha llegado el momento de convertirlo en el "gran festival" de cine que necesita Galicia para alcanzar la proyección nacional e internacional con la que cuentan otros certámenes de distintos lugares de España.

"No tiene sentido el minifundismo de festivales que hay en Galicia"

Durante 30 días, casi todos lluviosos, el Teatro Principal y las otras tres sedes estrenadas en esta edición por Cineuropa han visto pasar las películas que han triunfado en los grandes festivales europeos celebrados a lo largo de 2006. Sin embargo, la película que ha alcanzado mayor éxito entre el público ha sido La vida de los otros, una producción alemana, dirigida por Florian Hencker-Donnersmarck, que narra el drama interior de un miembro de la temible Stasi que realiza el duro trabajo de vigilar la feliz vida cotidiana de un dramaturgo y su amante. Como deferencia al público, la película volverá a emitirse mañana a las 20.30 horas para clausurar el festival.

Y es que el público, formado mayoritariamente por jóvenes estudiantes es el gran protagonista de un festival que ha crecido al ritmo de las largas colas bajo la lluvia que durante años se han formado junto a la entrada del TeatroPrincipal, en la Rúa Nova del casco viejo compostelano. Este año la venta de entradas por internet y la apertura de nuevas sedes han logrado poner fin a las colas. Más de un cinéfilo empedernido de la ciudad llega a echar de menos la pequeñas incomodidades que convertían la asistencia al festival en todo un rito. A cambio, hay que reconocer que la fórmula actual es mucho más cómoda y ha conseguido que se supere la cifra de 25.000 asistentes.

José Luis Losa considera que en esta edición el festival ha conseguido el "espaldarazo" que necesitaba y buena parte de la responsabilidad la atribuye a que la Administración autonómica haya subvencionado el certamen con 72.000 euros. "Por primera vez, la Xunta nos ha concedido una subvención y con una cuantía similar a la del festival de Ourense", explica Losa, quien cree que en Galicia sólo hay espacio para un gran festival de cine y apuesta por la candidatura de Cineuropa.

Lo cierto es que, de momento, los dos acontecimientos cinematográficos más destacados son los de Santiago y Ourense que, además, se celebran durante el mismo mes. "Por cortesía tendrían que ser ellos los que cambiasen las fechas porque nosotros empezamos antes. En todo caso, no tiene sentido el minifundismo de festivales porque en Galicia sólo hay espacio y apoyos para que se consolide uno, como ocurre en otras comunidades", señala el director de Cineuropa, que admite la necesidad de hacer algunos cambios de estructura: "Tal vez sería necesario concentrar la sección competitiva en una semana, pero mantendremos el formato mostra para seguir exhibiendo películas durante todo un mes",

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Los cambios ya visibles este año han sido en general bien recibidos. El crítico y cinéfilo empedernido Antonio Boñar, un habitual en las últimas 15 ediciones, cree que la acertada selección de películas sigue siendo una de las grandes bazas del festival. "El gran acierto de Cineuropa es que permite que los muchos amantes del cine de la ciudad podamos ver películas que vienen tarde o no llegan a las salas comerciales de Santiago", indica Boñar, quien también destaca la mejoría en la organización del certamen, aunque las películas exhibidas en los espacios no habituales -muchas de ellas asiáticas- no han tenido demasiado público. "Quizás una de las vías a explorar en el futuro puede ser una mayor especialización en el cine independiente europeo", apunta.

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