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Fútbol | El 51º Balón de Oro
Columna
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Cannavaro no es el mejor

Cannavaro recibió ayer el premio más prestigioso e importante que un futbolista puede esperar. ¡Qué rápido cambia la vida! Fabio era el defensa de la Juventus cuando, antes de la Copa del Mundo de Alemania, llegó el escándalo de su club y muchos de los forofos italianos no lo querían como jugador de la selección nacional y le pitaban en los entrenamientos. En un mes cambió todo y ahora es un ídolo y todos le quieren.

Es Cannavaro una persona simpática, un buen profesional, un óptimo defensa. Jugó un Mundial fantástico. No falló un partido, siempre jugando con una atención y una motivación extraordinarias. Se encontró en buena forma, tuvo coraje y voluntad, marcó con chispa y se anticipó casi siempre a sus rivales. Fue la bandera del equipo. Es un hombre generoso en la vida y en el césped. Todo el mundo lo apreció y le premió.

Seguro que es una buena persona y un magnífico jugador, pero no el mejor de Europa. Creo que este premio lo ha ganado por ser el capitán de la selección campeona del mundo. Lo ganó como premio a la gran historia de los defensas italianos -Facchetti, Scirea, Cabrini, Baresi, Maldini...-, que nunca lo obtuvieron. Lo ganó porque toda la defensa italiana estuvo fantástica durante el Mundial.

Lo entrené por poco tiempo y fui también su director de fútbol: me encantaba su entusiasmo, la alegría que ponía en todas las cosas, la sonrisa que siempre tenía y la disponibilidad. Es una persona lista. Cuando un día le pregunté por qué el equipo no funcionaba bien, él me contestó: "Usted siempre ha dicho que la inteligencia es una cosa imprescindible. Pues bien, aquí, con este equipo, es prescindible".

Como jugador, tiene una calidad física de gran nivel. No es alto, pero salta como si lo fuera, y tiene la misma rapidez que uno pueda tener con una estatura media. Es un buen marcador, aunque menos a nivel táctico. Su referencia principal es el rival, no tanto el espacio y el compañero. Tiene un buen lanzamiento, pero con el balón no sabe construir y no tiene grandes ideas.

Fabio lo merece todo y estoy muy contento por él, aunque pienso que Buffon es un fenómeno único y Ronaldinho y Henry dos jugadores que en los últimos años encantaron a todos con su talento, su fantasía y sus jugadas extraordinarias.

Esta vez ha ganado un jugador que tenía menos talento, pero más voluntad, determinación, chispa y atención. Quizá si Francia hubiera ganado el Mundial, el triunfador sería otro, pero ganó Italia y Cannavaro, que levantó ese trofeo, levantará ahora una copa sólo para él.

Creo que la victoria de Fabio puede ser un gran mensaje para todos los jóvenes porque con el trabajo y la voluntad se puede llegar hasta donde el talento no lo permitiría.

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